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Ecuador: Mafias de trata explotaban a 15 menores

(El Comercio)

Lo sucedido con Carolina, la joven de 15 años que fuera encontrada sin vida en el norte de Quito, hizo que la Policía intensificara los operativos en contra de la trata de personas. El año anterior se realizaron 13 intervenciones en todo el país. En cuatro meses de este año, en cambio, ya se han ejecutado 12 y los agentes han rescatado a 15 menores que eran explotadas sexualmente. Las investigaciones muestran que hay menores que son captadas afuera de los colegios. Jóvenes, reclutados por bandas delictivas, se acercan a las chicas, se hacen amigos, les regalan celulares y las invitan a fiestas. Eso ocurrió con Carolina. Algo similar sucedió con Sonia, de 15 años. Ella conoció a un extraño en las afueras de un colegio, en el valle de Los Chillos. La enamoró con regalos e invitaciones a comer. Luego la obligó a prostituirse en un spa clandestino, junto a jóvenes extranjeras. Durante un operativo, la Policía capturó a dos sospechosos de pertenecer a una red de trata y las rescataron. Después de que el caso Carolina estallara y se conocieran otros hechos, los policías recibieron la orden de reforzar los patrullajes en los alrededores de los planteles secundarios, vigilar la entrada y salida de clases. Además, se dispuso no descuidar las horas en que los chicos están en las aulas, pues en ese tiempo los integrantes de las bandas pasan en zonas cercanas a los planteles. La idea es frenar todo acercamiento con los alumnos. Según el Ministerio del Interior, del 2017 al 2018, 287 víctimas fueron rescatadas en el país. El 25% tenía entre 13 y 17 años. Las principales ciudades donde se reportaron los casos fueron Quito, Manta, Machala, Guayaquil, Santo Domingo, Azuay, Sucumbíos y Loja. Por ejemplo, el año pasado, una menor de 16 años fue captada afuera de un colegio de esa urbe. Un miembro de la banda delictiva le ofreció trabajo y ella aceptó. Pero después la llevó a una casa con ocho víctimas más, quienes eran obligadas a prostituirse. Uno de los sospechosos le dijo a la adolescente que llevara a otras compañeras del colegio, pero se negó. Según las investigaciones, las víctimas dormían juntas en una misma habitación y eran ‘ofertadas’ en redes sociales por montos que van entre USD 30 y USD 150. Luego eran enviadas a sus ‘clientes’, que se encontraban en hoteles, moteles y hasta a domicilios, en Manta. Los agentes ejecutaron dos allanamientos y detuvieron a tres sospechosos. Cuando la adolescente fue rescatada, estaba con el uniforme del colegio. En el Código Penal (art.92) se dice que la trata es sancionada con cárcel de 13 a 16 años. En el caso de Carolina, los integrantes de la banda hacían que consumiera drogas y alcohol, para luego explotarlas sexualmente. Por eso, la Intendencia de Policía realizó operativos en los alrededores de colegios de Quito. La idea fue controlar la venta de licor a los adolescentes. En estas intervenciones se incautaron de 3 000 litros de alcohol adulterado. Además, la Dinapen (Policía para Niños) dijo que entre enero y abril de este año se han realizado 629 charlas para padres, docentes y estudiantes. Allí enseñan qué es la trata, los riesgos que conlleva este ilícito, cómo detectar y prevenir que sus hijos sean víctimas. El próximo mes, el Ministerio del Interior tiene previsto lanzar un plan contra la trata. La idea es intensificar las campañas contra este delito. Además, capacitar a fiscales y jueces para judicializar los casos y realizar alianzas público- privadas para brindar atención psicológica a las afectadas. Por ejemplo, en febrero del año pasado, una adolescente de 14 años fue víctima de este ilícito. La joven estudiaba en un colegio en Manta. En los exteriores de la institución conoció a un hombre de 21 años, quien le ofreció trabajo y ella accedió. Fue trasladada hasta Quevedo, en Los Ríos. ​ Allí fue explotada sexualmente durante un año. El hombre le conseguía ‘clientes’ a través de redes sociales. En febrero del 2019, la Policía la rescató y detuvo al sospechoso. El crimen de Carolina puso en alerta a los padres. Por ejemplo, Paola, una madre de 40 años, está preocupada por su hija de 14, quien estudia en un colegio del sur de Quito. En marzo pasado comunicó a las autoridades del plantel educativo la presencia de una presunta red de trata de personas que opera en los exteriores de esa institución educativa y que además hay hombres encapuchados que expenden droga a los adolescentes. 

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