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Una niña prodigio mexicana de 10 años brilla en ingeniería

(CNN) Adhara Pérez tiene un coeficiente intelectual de 162, por encima del de Albert Einstein y Stephen Hawking. Pero eso no es todo: ya se graduó de bachiller y está en la universidad estudiando dos carreras. Conoce aquí más sobre Adhara.

La historia de Adhara Pérez: la niña que cursa dos carreras universitarias y tiene un coeficiente superior al de Einstein

Con 162 (IQ), tiene un puntaje mayor que el de genios como Albert Einstein o Stephen Hawking. Su sueño es convertirse algún día en astronauta para colonizar Marte. Infobae México habló con ella.

En un condominio humilde de la Ciudad de México, a sólo unos pasos de la Avenida Tláhuac, una niña prodigio sueña con viajar al espacio.

Sobre su cama, decorando las paredes rosas del cuarto, hay pegatinas de planetas y de estrellas; y también, un póster de la NASA. Su nombre es Adhara Pérez, y tiene un coeficiente intelectual de 162 (IQ): dos puntos por encima del que tuvieron genios como Albert Einstein o Stephen Hawking. A finales de agosto, cumplió 8 años.

Adhara no tiene muchos amigos. Ella misma lo explica y los cuenta con los dedos de una mano. Cuando tenía tres años le diagnosticaron espectro autista. En concreto, síndrome de Asperger.

“Los niños con Asperger no entienden el doble sentido”, explica su madre, Nallely Sánchez, en entrevista con Infobae México. “Sí quieren tener amigos, pero siento que no saben cómo [hacerlos]. Pareciera que están en un mundo que lo crean ellos. Y podrían estar todo el día hablando sobre que le gustan los dinosaurios. En el caso de Adhara, su mundo es el espacio”.

“Mi planeta favorito es la Tierra”, cuenta la pequeña. “Me gusta la Tierra porque podemos sobrevivir. Y quiero ir al espacio a colonizar Marte”.

En 2019, Adhara Pérez fue elegida por la revista "Forbes" como una de las 100 mujeres más poderosas de México. A su lado en la publicación estaba Carmen Félix, Ingeniera y Científica Espacial mexicana a la que Adhara admira (Foto: Juan Vicente Manrique/Infobae)

En 2019, Adhara Pérez fue elegida por la revista «Forbes» como una de las 100 mujeres más poderosas de México. A su lado en la publicación estaba Carmen Félix, Ingeniera y Científica Espacial mexicana a la que Adhara admira (Foto: Juan Vicente Manrique/Infobae)

Nallely Sánchez es licenciada en Psicología. Ella creyó siempre en la inteligencia de su hija, a pesar de lo que afirmaban los maestros (Foto: Juan Vicente Manrique/Infobae)

Nallely Sánchez es licenciada en Psicología. Ella creyó siempre en la inteligencia de su hija, a pesar de lo que afirmaban los maestros (Foto: Juan Vicente Manrique/Infobae)

La condición médica de Adhara la llevó a vivir momentos muy duros en la escuela. Sus compañeras del kinder la llamaban “rara”; sus maestros la aislaban y la suspendían, y no ayudaba a su integración que en las obras de teatro siempre le tocara el papel de árbol.

A pesar de la falta de inclusión, su madre, que es licenciada en Psicología, jamás dejó de creer en ella. Por recomendación de una psiquiatra la llevó al Centro de Atención al Talento (CEDAT), y allí los expertos confirmaron que era sobredotada: obtuvo una puntuación de 162 (IQ). Con 130 (IQ) ya se considera a una persona superdotada.

A partir de entonces, todo cambió. Adhara se graduó de bachillerato en tiempo récord y hoy estudia en la universidad. En 2019, fue elegida por la revista Forbes como una de las 100 mujeres más poderosas de México. Su sueño es aplicar algún día a la NASA y viajar a Marte. Un deseo que podría complicarse por la falta de becas de organismos públicos y por la realidad de la economía familiar.

Una infancia dura: depresión, bullying y marginación

(Foto: Juan Vicente Manrique/Infobae)

Nallely Sánchez se dio cuenta de que su hija se comportaba de forma distinta al resto de niños cuando Adhara cumplió dos años.

“Comenzamos a observar comportamientos que no eran apropiados. Recuerdo que jugaba con los bloques y ponía todo en hilera. Comía en la periquera y siempre se mecía, y podía pasar así horas y horas”, contó Nallely.

Un año después, los doctores confirmaron que sufría Asperger, síndrome que también padecen famosos como Steven Spielberg, Bill Gates o Greta Thunberg. Quienes lo sufren, fijan rutinas que les resultan inamovibles y se apasionan por temas concretos. En las distintas escuelas en las que estuvo matriculada Adhara durante la primaria, su condición médica se convirtió en un problema.

Después de cambiarla hasta seis veces de escuela, Nallely López entendió que aún queda mucho trabajo por hacer en materia de inclusión en las aulas de México. Su hija cayó en una fuerte depresión, y fue entonces cuando decidió que Adhara terminaría la primaria y la secundaria a distancia, desde casa (Foto: Juan Vicente Manrique/Infobae)

Después de cambiarla hasta seis veces de escuela, Nallely López entendió que aún queda mucho trabajo por hacer en materia de inclusión en las aulas de México. Su hija cayó en una fuerte depresión, y fue entonces cuando decidió que Adhara terminaría la primaria y la secundaria a distancia, desde casa (Foto: Juan Vicente Manrique/Infobae)

Para Adhara su hermana Cami, en la foto de la derecha, es un apoyo incondicional y su gran compañía (Foto: Juan Vicente Manrique/Infobae)

Para Adhara su hermana Cami, en la foto de la derecha, es un apoyo incondicional y su gran compañía (Foto: Juan Vicente Manrique/Infobae)

“Cuando estaba escolarizada, me mandaban recados [para decirme] que se quedaba dormida. Que no le echaba ganas», contó Nallely. “Pero yo en casa veía que se sabía la tabla periódica. Desde chiquita sabía álgebra. Yo creo que se sentía aburrida”.

“Sí, me aburría mucho”, añade Adhara. “Y le mandaban recados a mi mamá, que dibujaba puros y puros agujeros negros”.

A su aparente desinterés en los estudios, se sumó la soledad que sufría en la escuela.En una firma de boletas vi que Adhara estaba jugando en una casita y la encerraron. Y ya empezaron así: ‘¡Rara, rara!’, y le comenzaron a pegar en la casita. Entonces yo dije, no quiero que sufra. Y ella me decía que no quería ir a la escuela, y cayó en una depresión muy fuerte

Cuando las compañeras le agredieron en la casita, Adhara tenía cuatro años. Ese mismo curso escolar, una maestra le dijo a Nallely: “Usted dé gracias si la niña tiene un oficio”. Aquellas palabras se le clavaron en el alma, y hoy todavía las recuerda con tristeza. Sin embargo, no dejó que le afectaran. Estaba segura de que su hija era inteligente.

“Ese año la metí en terapia. Pensaba, ‘No va a ser lo que dice la maestra, tú vas a estar bien’. Adhara se daba cuenta y lloraba. Y le decía su papá: ‘Si no te gusta dónde estás, imagínate dónde quieres estar’. Y ella siempre decía: ‘Quiero ser astronauta’”.

Un sueño: “Ir a Arizona, donde van los inteligentes”

(Foto: Juan Vicente Manrique/Infobae)

(Foto: Juan Vicente Manrique/Infobae)

Cuando la psiquiatra de la menor vio un anuncio de la escuela CEDAT, contactó con Nallely para que llevara a Adhara a las instalaciones. Allí, los expertos concluyeron que no era una alumna incapaz, como afirmaban algunos maestros, sino una niña sobredotada.

“Es muy común en México que las escuelas digan, el niño no es inteligente. O sí es inteligente, pero no tiene actitud. Entonces, el alumno se aísla porque el ambiente no se adecúa a él”, explicó a Infobae México el Dr. Andrew Almazán, Director del Departamento de Psicología del CEDAT.

A diferencia de las escuelas tradicionales, en CEDAT todos los miembros del equipo docente son sobredotados, al igual que los alumnos. En sus aulas, la edad no limita el conocimiento: se enseña a los niños según su capacidad, y no en función de los años que tienen. Además, su programa busca reforzar los intereses y las aptitudes particulares de cada uno, por lo que no se dan casos de aislamiento.

Aunque Adhara estudió un tiempo en CEDAT, donde su madre dice que fue “muy feliz”, Nallely se vio obligada a quitarla porque no podía asumir el costo de la mensualidad, que rondaba los 8.000 pesos. En México, no existen centros públicos para alumnos sobredotados, y en la capital, el gobierno de Claudia Sheinbaum retiró las becas para “altas capacidades”. Así que Adhara regresó a la escuela tradicional.A los cinco terminó la primaria. A los seis y medio la secundaria. Y el bachillerato ya lo hizo como en un año y cachito

Tras completar sus estudios presenciales de bachillerato en el Instituto Tláhuac -junto a alumnos mucho mayores que ella-, Adhara se matriculó en dos carreras universitarias en línea: Ingeniería Industrial en Matemáticas en UNITEC, e Ingeniería en Sistemas por CNCI, donde recibió una beca que cubre el 100% de los estudios.

Además, todas las semanas una profesora de la UNAM se acerca a su casa para enseñarle cálculo y matemáticas. Y entre una lección y otra, aprende inglés para ingresar algún día en la Universidad de Arizona.

“En Arizona hace mucho calor, pero quiero ir porque quiero estudiar astrofísica”, explica ilusionada la menor.

PorSandra Capote29 de Febrero de 2020

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