Postales amazónicos
La maravillosa Amazonia ecuatoriana
Cascada La Belleza en Orellana
Laguna en el Cuyabeno, Sucumbíos
Loros en la reserva Yasuni, Orellana
viernes 14 octubre 2017
Gusanos chontacuros son parte de la dieta indígena en la Amazonía
Los chontacuros (que en quichua significa “gusanos de la chonta”) son parte de la dieta alimenticia de los indígenas amazónicos, pero en los últimos meses esta se ha difundido en las ciudades para compartir con los turistas y residentes.
El chontacuro se transforma en un grueso gusano luego de que es depositado en el corazón del árbol de chonta por un escarabajo negro que trae en sus alas los huevos que luego se convertirán en larvas.
Los indígenas consumen este gusano considerado como un alimento de alto contenido proteínico por su grasa natural.
Domingo 3 septiembre 2017
Atardecer en el río Arajuno, Pastaza
domingo 20 agosto 2017
El paisaje amazónico: Río Bobonaza, desde la comunidad Chuva Cocha, Pastaza
martes 1 de agosto 2017
Vista nocturno del Malecón escénico de la ciudad de Tena, Napo, que se inaugura este viernes 4 de agosto 2017
Domingo 2 julio 2017
Las enigmáticas cavernas Cueva de los Tayos, Morona Santiago.
Hace dos semanas, 20 personas, resguardadas por las Fuerzas Armadas, miembros de las Fuerzas Iwias y guías shuares emprendieron la última exploración a la Cueva de los Tayos, en Morona Santiago, en el Oriente. Raúl Cabrera, productor audiovisual de Nómad-A y apneísta motivó este viaje al sur del país, impulsado por las historias que leyó de niño de Erich von Dániken, en El oro de los dioses. El libro de von Dániken describe la aventura de Juan Móricz al interior de los Tayos, una gruta que está a 68 metros de la superficie terrestre. Este argentino de origen húngaro denunció en 1969 el descubrimiento de un inmenso sistema de túneles y cavernas subterráneas en su interior; la existencia de una verdadera biblioteca metálica con estructura ideográfica y el hallazgo de objetos de gran valor cultural e histórico para la humanidad. La misión en la que participó Móricz fue la primera de dos, auspiciadas por la corona inglesa. En estas participaron nativos. Sin embargo, de acuerdo a lo que sostiene el diseñador gráfico e investigador Manuel Palacios, la segunda expedición británica deja abierta una serie de dudas dado el “ocultamiento de informes, evidencias fotográficas y fílmicas y, sobre todo, de la negación de la real magnitud de este sistema subterráneo, al que limitaron a solo 5 kilómetros de extensión”, explica Palacios en su serie Amerika Prohibida. De acuerdo a las indagaciones que el autor ha realizado sobre el destino de los objetos que se encontraban en la Cueva de los Tayos, una parte habría sido llevada por los ingleses a su territorio. Así lo constata el testimonio de personas que estuvieron en la expedición. Antes de esta, varios objetos hallados en la Cueva habían sido recogidos por nativos shuares y entregados, en agradecimiento al padre Carlos Crespi. Con ellos, el religioso conformó el museo que llevaba su nombre, en la parroquia María Auxiliadora, ubicada en Cuenca. En 1962, el lugar fue incendiado y Crespi logró rescatar varios objetos. Posteriormente, una parte de ellos habría pasado a manos del Banco Central y otros -considerados de menos valor- habrían sido abandonados y actualmente se encuentran en una colección privada. Entre ellos se destacan fichas metálicas que registran figuras ancestrales y que tienen semejanzas con culturas de Oriente medio. En la última expedición, junto con Cabrera participaron el investigador Manuel Palacios, el andinista Gustavo Viteri; Óscar Arce, de las Fuerzas IWIAS; Fernando Alvarado, ministro de Turismo; el fotógrafo Lucas Bustamante y el buzo profesional Roberto Ochoa. Luego de un viaje de más de 30 horas hasta llegar a la Cueva de los Tayos, en avión, balsas y a mula hasta bajar a rapel a las profundidades de Tayos pasaron dos noches y tres días en su interior. www.eltelegrafo.com.ec