SEIS INTEGRANTES DEL GRUPO DE DANZA PACHA NUA HUAYRA, (EN SHUAR) DE MORONA SANTAGO, FALLECIERON EN UN TRÁGICO ACCIDENTE EN EL DEBER DE SU PASIÓN POR LA DANZA
Nadie imagino entre el rubor y en el entusiasmo que caracteriza a los adolescentes y jóvenes que el sábado 27 de abril de 2019, sería un día fatal.
Los jóvenes perteneciente a la casa de la cultura núcleo de Morona santiago, entre risas, bromas y algarabía, viajaban, como tantas veces, en un ómnibus, tipo buseta, hacia La ciudad de Lago Agrio, Sucumbíos, para para participar en el III Festival de danzas amazónica, y a la altura del puente Pinguyo, sector 10 de Agosto, en el cantón Loreto, provincia de Orellana, via Tena-Coca, el vehículo perdió pista y se precipito a una altura de mas de 300 metros impactándose contra una peña y cayendo al río. Varios de los integrantes salieron disparados
Pacha Nua HuayraCoreografia: TINKU BAILANDO ( Otro ángulo)Desfile de la Guayusa y la Canela 2019
Pacha Nua Huayra Coreografia: TINKU BAILANDO ( Otro ángulo) Desfile de la Guayusa y la Canela 2019
Hubieron seis fallecidos y más de tres heridos, que han sido llevados varias a casas de salud. Uno de los heridos es una niña de 8 años, quien fue trasladada, en ambulancia, al Hospital Francisco de Orellana.
El accidente ocurrió cerca las 07h00 de este sábado 27 de abril. Los fallecidos responden al nombre de: Paola Acevedo, Taiz Ordoñez, Dayana Ochoa, Kateryne Haro, Cristian Cárdenas y Cristian Yanza, informaron medios locales.
Este hecho ha enlutado a toda Morona Santiago, Tarcicio Ojeda el alcalde del cantón Morona, ha decretado tres días de duelo, desde este lunes.
La agrupación se creo hace mas de 8 años, con la CCEN Morona Santiago, integrada por mas 20 integrantes entre niños, adolescentes y jóvenes. Han ganado varios festivales como el ultimo de su ciudad natal el festival de la Guayusa y la Canela, en este 2019.
LA AGRUPACIÓN EN MARZO 2 2019 AL GANAR EL DESFILE DE LA GUAYUSA Y LA CANELA EN MACAS
9 ABRIL 2019
Estudiantes de la Universidad Estatal Amazónica activan economía del Puyo
(El Comercio.com)
El barrio El Dorado es una de las zonas en donde más frecuentan los estudiantes. Foto: Fabián Maisanche
La economía de Pastaza, también reconocida como Puyo, dio un giro positivo tras la presencia de 4 237 estudiantes que acuden a la Universidad Estatal Amazónica. La gran afluencia de alumnos incide en el desarrollo del comercio y el sector inmobiliario de la ciudad. Técnicos del departamento de Planificación del Municipio de Pastaza cuentan que los estudiantes arriendan cuartos y departamentos en los barrios y ciudadelas el Pambay, El Chofer y Obrero, cercanos al centro de educación superior. En estas zonas también se adaptaron algunas casas para ese fin o se construyeron edificaciones para montar tiendas, restaurantes, centros de cómputo, librerías, bazares y otros. “Hay un gran dinamismo comercial en esta zona que ya es considerada universitaria. El turismo es otro de los componentes que se reactivó con la presencia de los chicos”, asegura Margarita Caicedo, directora de Planificación del Municipio.
Muchos universitarios optan por caminar hacia sus hogares, al final de las jornadas.
La Universidad Estatal Amazónica fue fundada en el 2002 y hasta el 2011 mantenía un promedio de entre 200 y 300 alumnos. Los cambios en el sistema de educación superior permitieron, desde el 2010, que arriben a Pastaza alumnos de las 24 provincias. La mayoría de jóvenes llega de Orellana, Guayas, Zamora Chinchipe, Pichincha, Chimborazo y Tungurahua. Incluso hay provenientes de Perú y Colombia. Muchos de los estudiantes afirman que ya se han adaptado a la ubicación geográfica de la universidad, los bajos costos para alimentación y otros gastos y hasta a los constantes cambios climáticos de Pastaza. Otro de los atractivos son las carreras universitarias que se ofertan y están destinadas a fomentar el turismo y el cuidado del medioambiente. Para Johan Balcázar, estudiante de la carrera de ingeniería agropecuaria, el acoplarse a una nueva morada no fue un problema. Él es de Orellana y cuenta que allá llueve menos que en Pastaza. El joven, de 19 años, viaja unas tres horas todos los fines de semana, para ir a su provincia natal. Una de las razones por las que decidió desplazarse hasta allá es para estar cerca de su familia. “La carrera que estudio me permitirá mejorar los sembríos de cacao y palma que tiene mi padre en Orellana, porque ya no vamos a depender del petróleo en el futuro”. Él requiere cerca de USD 140 cada mes para subsistir. El dinero lo invierte en comida, arriendo, útiles escolares, pasajes y gastos varios. Para ahorrar algunas monedas camina 20 minutos desde el centro universitario hasta su cuarto en el barrio El Dorado. Por el arriendo de una pequeña habitación con baño privado cancela USD 90, donde incluye el servicio de Internet. La alta afluencia de estudiantes universitarios en Pastaza impulsó al sector inmobiliario. Entre el 2016 y el 2018, en los alrededores de los predios universitarios y de la avenida Las Américas se construyeron edificaciones de dos y tres pisos. Algunos vecinos adaptaron cuartos de edificios y casas para rentar a los chicos. Los departamentos pequeños y habitaciones cuestan desde USD 80. “Hay de todo precio y de acuerdo con la comodidad que deseen los padres para sus hijos”, comentó Cecilia Jurado, propietaria de dos inmuebles. Ella aloja a 12 universitarios de diferentes partes del país. La mujer, de 50 años, dice que fue una de las primeras vecinas del barrio Pambay en dar alojamiento a los estudiantes. Su casa de dos pisos está rodeada de una espesa vegetación. Ahí se alojan cinco jóvenes provenientes de Ambato, Guayaquil, Ibarra y Esmeraldas. “Logré hacerme un préstamo para construir una nueva vivienda y que puedan vivir los chicos. El costo de la habitación o del departamento depende de la amplitud que ellos quieran”, dice Jurado. Incluso el Cabildo amazónico aceptó en enero que dos cooperativas de buses urbanos extiendan sus recorridos hasta el ingreso de la universidad. Las unidades de transporte recorren desde el sur, oriente y norte de la urbe. Para Maribel Parra, vecina del barrio Obrero, la llegada de los estudiantes hizo que cambiara hasta la fisonomía del sector. Junto a sus hijos lograron abrir un restaurante donde ofertan almuerzos de USD 2 y 2,50. A pocos metros se abrieron otros comedores y asaderos con precios similares.
27 marzo 2019
Javier, Paúl y Efraín fueron filmados a pocas horas de su secuestro en Mataje por hombres de Guacho
Esta reveladora grabación evidencia que las primeras horas del plagio, los trabajadores de El Comercio no estaban encadenados: Javier Ortega, periodista, dice en la filmación que los trataban bien, pero que su liberación estaba en manos del presidente Lenín Moreno. El segundo video –que sí se conoció públicamente- fue captado el lunes 2 de abril. La condición física y emocional de los tres rehenes se había deteriorado aceleradamente. Esta noche, miércoles 27 de marzo a las 19h00, en Librería Española del CCI, los autores del libro “Rehenes” compartirán los entretelones de la investigación periodística.
Por Arturo Torres
Un año después del secuestro del equipo periodístico de diario El Comercio, aparece una nueva pieza en el rompecabezas. Es un video -hasta ahora inédito- enviado como una prueba de vida de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, a pocas horas de ser plagiados en Mataje, por Guacho, cabecilla del frente narcoterrorista Oliver Sinisterra.
En esa toma, que aquí revelamos, los tres trabajadores de El Comercio se ven preocupados, molestos e impacientes. Sin embargo, están relativamente calmados. Nada permite presagiar la angustia que vivirían durante casi dos semanas en manos de los disidentes, hasta su ejecución, que casi con certeza ocurrió el sábado 7 de abril, según la investigación periodística publicada en el libro “Rehenes”.
Esta primera filmación casera no fue entregada por las autoridades del Gobierno a los familiares. A ellos, una persona que participaba en las reuniones del Comité de Crisis, integrado para negociar la liberación, les mostró el video el 29 de marzo en un celular, luego de que se conociera y demintiera desde el Gobierno ecuatoriano la noticia de la liberación el 28 de marzo, publicada por diario El Tiempo, de Colombia.
“Para nosotros, la del 29 fue realmente la primera reunión del Comité, luego de insitirle al ministro Navas que integrara el organismo y empezara a actuar. Luego de que se difunde la noticia de la liberación, nos citan el 29 en la mañana al ECU-911 y muestran el video como para calmarnos”, recuerda Yadira Aguagallo, pareja de Paúl.
En esa cita también les piden a los parientes de los rehenes que no den detalles del video a la prensa, ni cómo es, tampoco su contenido. Ese mismo día, las autoridades acudieron a la Asamblea, a la Comisión de Seguridad. Mantuvieron una reunión de carácter reservado. No obstante, luego el legislador Fabricio Villamar declaró a la prensa que les mostraron una filmación, en la que se ve a los tres, que están bien en un lugar con vegetación.
El video lo recibió el mayor de policía Alejandro Zaldumbide. Lo más probable es que fue el lunes 26 de marzo, pasadas las cinco de la tarde, como evidencia de que se encontraban bien. La filmación dura un minuto y 20 segundos. La toma está captada en una finca selvática, al parecer antes del mediodía, en el lado colombiano.
“Bueno, estamos con Efraín Segarra, Paúl Rivas y Javier Ortega, quien les habla; estamos en calidad de retenidos por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Llegamos el lunes, nos detuvieron aquí este día lunes 26 de marzo; nos han tratado bien, estamos bien, para quien escuche este mensaje, y ahorita solo estamos en manos del presidente ecuatoriano Lenín Moreno. Ello simplemente están negociando, no nos han hecho daño, pero obviamente la condición es que el gobierno ecuatoriano acepte las condiciones para nosotros también poder salir tranquilos, sanos y salvos. El mensaje es que ahorita estamos en manos del Gobierno ecuatoriano”.
Hasta ahora, solo se conocía públicamente el contenido del chat que el disidente mantenía con el policía. La tarde del último lunes de marzo de 2018, Guacho escribió:
“Hola hola… Tengo tres personas retenidas ecuatorianas, dos periodistas de Quito y el chofer. En sus manos está la vida de esas personas. Hola hola, qué más cuenta. En diez minutos téngame respuesta o desaparecerán esos señores”. -“Saludos Guacho, buenas tardes. ¿Te puedo llamar?” -“Usted sabe, no recibo llamadas”. -“Me gustaría hablar contigo”. -“En esos minutos no tiene respuesta clara, día a día van a tener bajas, como militares y civiles, ustedes provocaron. Chaooo pues”.
En el vídeo, el más alto del grupo, Paúl, aparece con una camiseta café y una gorra en su mano izquierda. En el centro, Javier el más joven, con camisa celeste. A la derecha, Efraín, el mayor del grupo, con las manos cruzadas detrás de la espalda. Aunque no lucen cadenas ni tienen las manos amarradas, ya habían perdido la libertad para moverse.
Aún no hemos podido esclarecer con certeza si el vídeo fue enviado a Zaldumbide el lunes 26 o al día siguiente. No obstante, en los primeros mensajes Guacho habla de que está enviando un video al policía.
Los trabajadores de Diario El Comercio fueron secuestrados por tres ecuatorianos del frente Oliver Sinisterra en Mataje, el lunes 26 de marzo, cerca de las 10h00. Foto: cortesía familiares-Diario El Comercio
Tres ecuatorianos los secuestraron
Ese lunes el equipo de El Comercio pasó a las 09h03 por el destacamento de la Marina. Tenía la autorización del comandante John Merlo, a cargo del Mando Unificado que estaba en control de los dos cantones conflictivos de Esmeraldas: San Lorenzo y Eloy Alfaro.
Minutos después, Javier, Paúl y Efraín llegaron a Mataje Nuevo, que estaba semidesierto. Empezaron a circular por las calles. Mientras se dirigían hacia Mataje Viejo fueron interceptados por tres ecuatorianos, que les apuntaron con armas de fuego y los obligaron a bajarse de la camioneta, según el testimonio de Gustavo Angulo, Cherry.
Los abordaron los ecuatorianos Roberto, Christian y Andy, cumpliendo instrucciones de Guacho. Él había ordenado matar ‘cualquier equipo de periodistas, vendedores ambulantes o investigadores’ que aparecieran por el sector. Por esos días, ya había advertido a través del chat con el mayor Zaldumbide que mataría a civiles extraños.
Roberto -cuyo verdadero nombre es Jesús Segura- llamó a Cherry, quien estaba en Brisas de Mataje, en Colombia para preguntarle qué hacer con ellos. A su vez, Cherry contactó a Guacho y le consultó si los debía ‘pelar’. El jefe disidente decidió que los llevaran al lado colombiano, donde él se encontraba en un lugar cercano. Esto ocurrió antes de las 10h00 de ese lunes.
Uno de los tres captores les pidió no resistirse, porque solamente les iban a llevar al lado colombiano para que pudieran entrevistar a Guacho. Con engaños, intentaban que Javier, Paúl y Efraín mantuvieran la calma y no opusieran resistencia. En el lado colombiano, al menos los dos primeros días estuvieron con Guacho.
Zozobra y miedo de los familiares
Los familiares del equipo ya tenían sospechas de que algo grave pasaba: no se habían comunicado desde la mañana. El celular de Yadira Aguagallo, pareja de Paúl, sonó. Le informaban de la redacción del diario capitalino que debía acudir al ECU-911, a una reunión.
Temprano en la mañana ella se había comunicado con él, antes de su paso a Mataje. Luego intentó contactarlo infructuosamente para preguntarle si había logrado fotografiar la explosión de una tanqueta militar.
A pocas horas de ser secuestrados, Javier, Paúl y Efraín fueron filmados por los disidentes. El video se envió al mayor Alejandro Zaldumbide, quien fue el primero en enterarse del secuestro. El 2 de abril, los tres cautivos fueron nuevamente filmados. Esta vez ya estaban encadenados, se veían demacrados y extenuados.
Antes de oscurecer, el director de la DGI, general Pablo Aguirre, se reunió con el ministro del Interior, César Navas para comentarle la información que había recibido del mayor Zaldumbide. A las 18h30 estaba confirmado el dato de que se trataba de equipo de El Comercio. Entonces Navas decidió integrar, con el aval del Presidente, un comité de crisis, compuesto por 18 funcionarios y los representantes de los familiares del equipo de El Comercio.
Desconcertados, los familiares de los tres plagiados, entre ellos, Galo Ortega, Christian Segarra y Yadira Aguagallo, llegaron esa noche a las instalaciones del ECU-911.
A los familiares no les dijeron que el responsable del secuestro era Guacho, quien venía chateando con Zaldumbide desde el 13 de enero de 2018. Solo recibieron una indicación muy puntual: no hacer públicos los nombres de sus seres queridos, para no poner en riesgo sus vidas.
Operaciones frustraron liberación
Todo indica que las primeras 48 horas Javier, Paúl y Efraín estuvieron cautivos pero esperaban ser liberados, por eso permanecieron en un caserío cercano al fronterizo río Mataje. Una evidencia de su localización son una serie de imágenes calóricas captadas por un aparato aéreo que sobrevoló la zona, entre el 27 y 28 de marzo.
Entre el 27 y el 28 de marzo del 2018 un aparato de espionaje captó desde el aire las siluetas de quienes serían Javier, Paúl y Efraín. Estaban en actitud de espera en la madrugada. Horas después, diario El Tiempo de Colombia informó que habían sido liberados.
Las imágenes en blanco y negro -también difundidas por primera vez en “Rehenes”, son desconcertantes. Muestran las siluetas de tres personas -sentadas, juntas e inmóviles- en medio de la madrugada, en espera. No tienen cadenas ni están atadas.
La huella calórica fue captada desde el aire por un aparato de espionaje electrónico, que sobrevolaba la zona y que cubrió un radio de dos kilómetros a la redonda, tomando como referencia Mataje Nuevo, Mataje Viejo y Las Delicias, en el límite fronterizo.
Según analistas de Inteligencia, estas imágenes correspondían a Javier, Paúl y Efraín, secuestrados dos días antes en Ecuador.
El 28 de marzo, a las 03h27, la cámara también captó otras tomas: muestran tres anillos de seguridad formados por hombres armados, en actitud de vigilancia de las tres personas. Otras siluetas térmicas se ocultan entre la maleza, en vigilia. A menos de 300 metros de distancia hay una casa, donde también se observan varias figuras. En las inmediaciones aparecen carpas.
El aparato realizó varios sobrevuelos durante unos 40 minutos hasta tener un perímetro estable de observación; descendió hasta 450 metros de altura. Detectó movimientos de personas, dos kilómetros a la redonda.
Dieciocho horas después de haberse registrado esas imágenes, exactamente a las 21h25, diario El Tiempo de Bogotá publicó una noticia esperanzadora. Una fuente militar de alto nivel le confirmó a una periodista de ese medio que los dos comunicadores y el conductor habían sido liberados.
Aunque en esos días, algunos miembros del comité de crisis en Ecuador dijeron desconocer de la supuesta liberación y desmintieron el artículo de El Tiempo, el exministro Navas confirmó en el libro “Rehenes” que sí recibieron datos fidedignos sobre el fin del cautiverio.
Por ese motivo, el Gobierno preparó una rueda de prensa en la Secretaría de Comunicación, movilizó helicópteros y coordinó el desplazamiento del fiscal Christian Rivadeneira a San Lorenzo para que recibiera a los periodistas y al conductor.
Rivadeneira ratificó que estuvo varias horas esperando en el Batallón de Infantería de Marina San Lorenzo (BIMLOR) para la liberación, luego se planeaba trasladarlos por vía aérea al aeropuerto de Tachina, en Esmeraldas, y posteriormente a Quito.
Por primera vez desde que dejó el Gobierno, en abril del 2018, César Navas detalló lo ocurrido, en “Rehenes”.
En octubre pasado, el exministro César Navas reveló por primera vez que los gobiernos de Ecuador y Colombia se alistaban para la liberación del equipo periodístico, el 28 de marzo.
“Por fuentes de Inteligencia en la zona se decía que los van a liberar. El ministro de Defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, habló con el ministro ecuatoriano, Patricio Zambrano; por eso incluso se preparó un equipo para los traslados y los chequeos médicos. También hablamos con la Secretaría de Comunicación (Secom), ellos tenían todo preparado para hacer un anuncio formal al país. Entonces, nos sorprendió la llamada del Ministro de Defensa de Colombia, diciendo que ya estaban liberados. A él, esa información le comunicaron altos mando militares y se enteraron por informantes. Pero eso nunca ocurrió”.
¿Por qué entonces no se concretó la liberación? “No lo sabemos, solo nos dijeron que de un momento a otro los habían movido de la zona. Con esa información preliminar incluso movilizamos aviones y helicópteros. Yo hablé con el Presidente sobre la posibilidad de liberación”.
Pese a que estos hechos fueron confirmados por la principal autoridad que estuvo al frente del Comité de Crisis, ni la Fiscalía de Ecuador ni la de Colombia han profundizado en esta línea investigativa. No han indagado por qué no los liberaron.
Hasta el momento la única explicación de por qué no se concretó la liberación la ha dado Jesús Vargas Cuajiboy, conocido como Reinel, uno de los comandantes del frente Sinisterra. En una entrevista concretada en diciembre pasado, Reinel, que está detenido en Colombia, respondió que Guacho sí iba a liberar a los tres ecuatorianos.
-¿Por qué no los liberaron, qué pasó? -“Por las operaciones que hacían la policía y los militares, había falta de seguridad”. ¿Los operativos eran en Ecuador o en Colombia? -“En Colombia”.
Tras esa frustrada liberación, los secuestradores se adentraron en la selva de Nariño y recorrieron caseríos, esteros y ríos. Movían constantemente a los rehenes, precisamente porque había operaciones militares en Colombia y barridos desde Ecuador, coordinados entre policías de ambos países. El objetivo era ubicar a Guacho y abatirlo.
Los operativos no cesaron durante las negociaciones para liberar al equipo periodístico y canjearlos por tres hombres de Guacho: Cuco, Tobón y Cuajiboy.
El 7 de abril, Guacho decidió ejecutar a Javier, Paúl y Efraín, colmado por una negociación infructuosa y acosado por las incursiones de las fuerzas militares y policiales en Colombia.
Un año después, sus familiares aún claman por justicia y una investigación imparcial que esclarezca las causas y circunstancias del crimen. Guacho fue abatido por fuerzas colombianas, en diciembre pasado, junto con el segundo de la organización, Pitufo.
El emotivo cartel de una niña que busca a su mascota perdida con un dibujo
En Perú, una niña de siete años dibujó un cartel para intentar encontrar a Oso, su mascota extraviada.
«Es pequeño de colores negro y blanco. Se llama Oso… Una niña de siete años está muy triste. Ayúdenme».
Estas son las palabras escritas con marcadores verde y naranja en una hoja cuadriculada colocada en un poste en una calle de Perú. Con los mismos marcadores, la pequeña hizo un dibujo de su mascota con la esperanza de que alguien identifique a su perro extraviado y se comunique con ella. La fotografía del cartel fue difundida en Facebook el pasado 9 de marzo del 2019 por Axel Saucedo Olano.
«Encontré esto por la cuadra 33 de la Av. Perú. Si alguien sabe algo, por favor comuníquelo», pide el hombre. Su publicación alcanza más de 6 700 compartidos en la red social de Mark Zuckerberg y ha despertado la solidaridad de decenas de usuarios que se han unido para encontrar a Oso.
Otros internautas, en cambio, destacaron la inocencia de la pequeña E hicieron un llamado para ayudar a la niña a difundir carteles con la fotografía real de Oso para así ayudarlo a regresar a su hogar.
Sin embargo, según informa el diario ABC de España, hasta ahora no ha habido suerte y la mascota no se ha reunido con su familia. Una usuaria, reclamó que los padres «no se compadezcan de ni de la pequeña e inviertan pegando afiches con foto a color, porque de esta forma es difícil encontrar a un perrito perdido». Ante eso, otro respondió que «así tengan un millón de fotos en afiches nada superará ese dibujo hecho con tanto amor».
No es la primera vez que la inocencia de un pequeño lo lleva a dibujar un cartel para encontrar a su mascota. En México, en el 2017, una niña ofreció un chocolate de recompensa a la persona que la ayude a ubicar a su perro Morgan a quien calificó como su «mejor amigo» un maltés de «tamaño cachorro».
MAITÉ, UNA SUPERDOTADA DE 12 AÑOS, PIDE SALTARSE LA ESCUELA
EFE lunes, 04 de marzo de 2019 – 11:06
A la adolescente guayaquileña le diagnosticaron sus dotes a los 4 años, cuando sus padres se percataron de que ya sabía leer y escribir.
El Ministerio de Educación debe resolver el inusual caso de una niña superdotada que, a sus doce años, acaba de completar el preuniversitario de medicina y desea seguir en la facultad a pesar de que no ha terminado ni la escuela primaria.
Maité Pazmiño, natural de Guayaquil, estudió en la Universidad Espíritu Santo de Guayaquil por gracia del doctor José Barberán, que tras recibir su expediente decidió darle una de esas oportunidades que, ciertamente, no abundan en Ecuador.
«Yo ni sabía que tenía 12 años. Cuando la vi con su mamá pensé que era la madre la que venía a estudiar medicina», dijo Barberán en una entrevista con Efe.
A su oficina, repleta de diplomas de reconocimiento que galardonan al facultativo por sus años de trayectoria, llegó una niña que sólo quería demostrar sus capacidades y saltarse seis años de estudios.
El caso de Maité no es habitual en Ecuador. Un precedente es el de Daniel Honciuc quien, con 11 años, cursa el segundo de bachillerato en Quito y desde 2015 estudia asignaturas avanzadas online de universidades en Estados Unidos.
A la adolescente guayaquileña le diagnosticaron sus dotes a los 4 años, cuando sus padres se percataron de que ya sabía leer y escribir.
Ya a esa edad, la menor obtuvo un porcentaje del 99 % en las pruebas Raven de medición de razonamiento no verbal, y 144 puntos (donde el promedio es de 90 a 109) en el psicométrico de Wechsler, que evalúa la comprensión verbal, el razonamiento perceptivo, la memoria y la velocidad de procesamiento.
«Una profesora de su escuela nos dijo que debía hacerse los exámenes. Nosotros no nos habíamos dado cuenta porque es nuestra primera hija», contó a Efe la madre, Gabriela Minuche, de 37 años y ama de casa, y quien se ha pasado los últimos dos meses acompañando a su hija al aula universitaria y recordando aquellos años en los que ella misma aspiraba a estudiar medicina, una carrera que nunca terminó por quedar embarazada de Maité.
Su padre, de 46 años, es gerente de una empresa de cacao, y en el núcleo familiar otros tres hermanos de 7, 5 y 2 años, todos ellos con altas capacidades.
Maité, que habla inglés, alemán y español, estudia en el colegio Humboldt de Guayaquil, una institución que, dice, quiere dejar: «Me aburre, no tienen nada que ofrecerme».
Al curso de medicina preuniversitaria llegó de propia iniciativa cuando envió un correo electrónico al doctor Barberán, sin revelarle su edad para no ser descalificada.
En la cita le entregó los certificados de dos cursos online que había hecho en la Universidad de Australia y Harvard, y le pidió que la admitiera pese a su corta edad.
«Hace dos años que estaba pidiendo venir, pero la frené porque me parecía muy chiquita», evoca la madre de aquella reunión, y defiende la voluntad de su hija de no regresar a la escuela porque, después de este preuniversitario, «ya ha probado los conocimientos como para seguir su carrera».
«De pequeña cuando estaba en la guardería quería ser paleontóloga, pero me empezó a interesar la medicina y ahora estoy segura de que es lo que quiero estudiar», explicó Maité, quien pese a la diferencia de edad suele estudiar con sus compañeros de curso, 7 u 8 años mayores que ella.
Aparte de las ciencias, a esta niña prodigio le gusta actuar y los fines de semana enseña a sus hermanos menores a dibujar.
Y si bien su caso no es el único en el país, lo cierto es que el aparato educativo ecuatoriano no está preparado para dar una respuesta a padres como los de Maité, quien técnicamente no puede acceder a la universidad sin tener oficialmente el título de bachiller.
«Este tipo de talento existe en Ecuador con bastante frecuencia. Lamentablemente, no se los identifica a tiempo o no se les da el apoyo para poder desarrollarse», se queja Barberán, quien no obstante preferiría que Maité terminara su bachiller antes de aceptarla como estudiante de su facultad.
El Ministerio de Educación debe ahora estudiar este caso tan particular para decidir si la exime de la etapa escolar o la obliga a terminar la escuela.
Cuánto ganan los presidentes de América Latina?
El presidente que más gana es Jimmy Morales de Guatemala y el que menos gana es Evo Morales
Por Metro Ecuador
EFE
El presidente mejor pagado de América Latina es el guatemalteco Jimmy Morales. El que menos gana es Evo Morales, de Bolivia.
Con un sueldo de US$19.300 mensuales, confirmado por el gobierno de Guatemala (guatemala.gob.gt/), Morales gana 50 veces el salario mínimo del país, fijado en US$393.
Le siguen por orden la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, que cobra US$14.900 al mes -según la web del Gobierno de Chile gobernotransparentechile.gob.cl-, y el mexicano Enrique Peña Nieto, con un salario de US$13.750, aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2017.
Además de estos mandatarios, sólo hay otros tres presidentes latinoamericanos que ganan más de US$10.000 al mes.
El primero de ellos es el de Uruguay, Tabaré Vázquez, con un sueldo de US$11.550 confirmado por él mismo en una declaración jurada ante la Junta de Transparencia Pública y Ética.
Le siguen el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos (US$11.300) -asignación básica igual a la que reciben los miembros del Congreso, además del doble de los gastos de representación que estos perciben, según el decreto 218 de 2016 del Departamento Administrativo de la Función Pública de la República de Colombia-, y el argentino Mauricio Macri que, con un salario de US$10.885, publicado por el sitio “Datos Argentina”, perteneciente al ministerio de Modernización, cierra la lista de los que más ganan.
Lenín Moreno, el flamante presidente de Ecuador, percibe un salario mensual entre 6.000 y 7.000 dólares.
Aunque varios dirigentes se mueven en un rango de entre US$10.000 y US$5.000, hay 5 presidentes que cobran menos.
El primero de ellos es el millonario empresario peruano Pedro Pablo Kuczynski, que en su día fue muy criticado por denunciar su bajo sueldo (US$4.765).
“Hay alcaldes que ganan mil soles (US$305), el presidente de la República gana la mitad de un ministro. Aquí hay dos ministros, entre los dos ganan cuatro veces más que yo, ¿les parece justo?”, dijo Kuczynski en octubre de 2016.
En Perú, un ministro de Estado en Perú puede llegar a cobrar US$9.172 al mes, según la Ley del Servicio Civil.
Todavía menos que el peruano ganan Juan Orlando Hernández (Honduras, US$4.160) -salario confirmado por el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP)- y el presidente venezolano, Nicolás Maduro (US$4.068, el equivalente a 12 salarios mínimos, de acuerdo a la Ley Orgánica de Emolumentos, Pensiones y Jubilaciones de los Altos Funcionarios del Poder Público).
PESE HABER DESPARECIDO 11 ETNIAS ENTRE 1950 Y 1997, PERÚ SIGUE SIENDO LA TERCERA NACIÓN SUDAMERICANA CON MAYOR NUMERO DE ETNIAS O NACIONALIDADES INDÍGENAS, IDENTIFICADOS OFICIALMENTE 54 EN TOTAL QUE LUCHAN POR SOBREVIVIR Y EVITAR MAS EXTINCIONES ANTE EL AUGE DE LA OCCIDENTALIZACION.
Como la mayoría de grupos las mujeres a muy temprana edad ya son madres y esto hace que prematuramente padezcan enfermedades congénitas y otras , ademas se incrementan los indices de pobreza.
Fotos de bellezas amazónicas
Witotos, con su tradicional cuerpo pintado. FOTOS desde 1909
Proceso de extinción de etnias en el Perú en la actualidad
Por las circunstancias anteriormente citadas y otras el proceso de extinción, lejos de haberse frenado, se incrementa dramáticamente. Con datos de la organización indígena CHIRAPAQ10 en el período comprendido entre los años 1950 y 1997 se extinguieron 11 etnias, concretamente los Resígaro (Familia Etnolingüística: Arahuaca), Andoque (FE: Huitoto), Panobo (FE: Pano), Shetebo (FE: Pano), Angotero (FE: Tucano), Omagua (FE: Tupi-Guaraní), Andoa (FE: Záparo), Aguano (FE: sin clasificar). Cholón (FE: sin clasificar), Munichi (FE: sin clasificar) y Taushiro (FE: sin clasificar).
Así mismo, la misma organización indica que existen 7 pueblos en aislamiento: Kugapakori-Machiguenga (Familia Etnolingüística: Arahuaca), Mashco-Piro/Iñapari (FE: Arahuaca), Chitonahua (FE: Pano), Maxonahua-Curajeño (FE: Pano), Morunahua (FE: Pano), Pisabo (FE: Pano) y Nahua-Yura (FE: Pano).
Otros 18 pueblos se encuentran en peligro de extinción: Chamicuro (Familia Etnolingüística: Arahuaca), Mashco-Piro/Iñapari (FE: Arahuaca), Arasaeri (FE: Harakmbet), Huachipaire (FE: Harakmbet), Kisamberi (FE: Harakmbet), Pukieri (FE: Harakmbet), Sapiteri (FE: Harakmbet), Muinane (FE: Huitoto), Ocaina (FE: Huitoto), Chitonahua (FE: Pano), Isconahua (FE: Pano), Marinahua (FE: Pano), Mastanahua (FE: Pano), Maxonahua-Curajeño (FE: Pano), Morunahua (FE: Pano), Pisabo (FE: Pano), Nahua-Yura (FE: Pano) e Iquito (FE: Záparo).
Los datos para la Costa y la Sierra proceden del Instituto Indigenista Peruano11 y los de la Amazonía de una publicación coordinada por Antonio Brack y Carlos Yáñez12
Familias etnolingüísticas del Perú
Niños de la provincia de Paruroen Cusco en traje típico cusqueño.
Chamán de la etnia urarina o Kacha edze.
Viviendas típicas de la etnia Joni, también conocida como Shipibo-Conibo.
En el Perú, el castellano que forma parte de las lenguas romances, es el idioma más extendido demográficamente. El castellano del Perú, muestra una influencia mayoritaria de las lenguas quechuas. Esta influencia se dio desde la conquista y el virreinato y no es exclusiva del Perú, pues la influencia quechua es también visible en el castellano boliviano, argentino, ecuatoriano y chileno. Asimismo, cada región del Perú tiene características ligüísticas propias que la identifican con culturas ancestrales y que configuran las variantes del español en el Perú.
Con respecto a las etnias autóctonas el INDEPA, en su propuesta etnolingüística del Perú 2010, reconoce la existencia de 16 familias de lenguas que son:
Fuente: Mapa etnolingüístico del Perú – 2010, Instituto Nacional de los pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos -INDEPA.1
Dentro de las familias etnolingüísticas del Perú, la denominada Quechua Napo-Pastaza-Tigre, es en realidad una sola lengua con tres etnias diferentes. Asimismo la etnia Uro que formó parte de la familia lingüística Uro-Chipaya, actualmente ha dejado de hablar esta lengua para utilizar el aimara, sin que esto identifique a la etnia Uro como parte de las etnias aimaras.1
No existe documentación escrita de las creencias en el Perú, hasta la llegada de los colonizadores europeos. Uno de los primeros en describir los usos y costumbres dentro del territorio peruano fue el cronista Pedro Cieza de León en su Crónica del Perú, libro en tres tomos del cual publica el primero en 1553.
Posteriormente el Inca Garcilazo de la Vega, también llamado el primer mestizo biológico y espiritual de América, publica en 1609 sus Comentarios Reales de los Incas, dando otro punto de vista a la realidad etnográfica del Perú de esa época.
Pero no sería hasta la llegada del cronista Huamán Poma de Ayala en que se muestra una visión del Perú antiguo desde el punto de vista de un descendiente quechua hablante. Las crónicas de Huamán Poma fueron descubiertas en 1908 en la biblioteca de Copenhague (Dinamarca) y desde su descubrimiento han servido a historiadores destacados como María Rostorowski para el entendimiento de la cultura incaica.
Sistemas de mitos y creencias en el Perú
El cristianismo es la creencia más difundida en el Perú, y de las religiones cristianas el catolicismo es la más extendida poblacionalmente. La mayoría de los mitos y creencias en el Perú se han forjado durante la colonia con el proceso de aculturación que vivió la población originaria. Aun así han pervivido hasta la actualidad un grupo de creencias asociadas a las religiones precolombinas.
Mitos, creencias y costumbres autóctonas
En el pasado, según la evidencia arqueológica, el peruano era politeísta con características animistas. Estas creencias fueron reemplazadas por la religión cristiana, pero todavía existen algunas creencias que han pervivido con el paso del tiempo.
La creencia en la pachamama, madre tierra o santa tierra, es una creencia y práctica religiosa muy difundida en las zonas rurales del Perú y los centros urbanos de influencia quechua y aimara. Esta creencia está ligada a todas las celebraciones religiosas, eventos comunales y/o familiares. Los ritos a la pachamama presentan variantes dependiendo la zona geocultural pero generalmente están asociados también a figuras religiosas católicas (cruces y santos). Los ritos hacia la pachamama también están asociados al licor, pues en el pasado se invitaba o convidabachicha a la santa tierra, pero este elemento ha ido cambiando por cerveza, vino o incluso pisco (estos dos últimos en las comunidades campesinas de la costa).
Es también visible en algunos lugares de la zona centro y sur andina, la creencia en el Equeco o iqiqu, quien es un Dios de la fecundidad y fortuna. Esta creencia sería anterior a la llegada de los españoles, pero la creencia ha incrementado elementos al equeco, vistiéndolo con indumentaria europea como pantalones y camisa además del chullo andino. El equeco fue documentado por primera vez por el jesuita italiano Ludovico Bertonio en la ciudad de Juli, actual provincia de Chucuito en Pun
Hormigas «culonas», delicioso plato de Chinchipe y Amazonía
Como una tradición heredada de culturas de nuestros ancestros, constituye un delicioso plato las hormigas culonas, cuyo nombre científico se denominan (AttaLaevigata). Esta peculiar hormiga aflora para su cosecha una vez al año, especialmente en los meses de octubre, noviembre y diciembre, dependiendo del temporal, el mismo que deberá ser húmedo por sus fuertes lluvias con truenos, relámpagos, seguido de una tarde soleada; tiempo propicio para que tanto hombres, mujeres y niños a salgan a buscarlas en sus hornigueros, con recipientes y vestimenta adecuada para no ser desgarrados por su bravura, característica propia de la hormiga Charapana, que habita en esta zona y que es semejante a la hormiga culona, razón por la cual nos conocen a quienes viven en Chinchipe los conocen como charapanos.
Las hormigas culonas que no han sido cosechadas se disponen a ser devorados en su vuelo por un ave conocida en nuestro medio como wuilos y las que sobreviven se disponen a ser fecundadas en su vuelo nupcial por los machos conocidos como micharos, para luego aterrizar y crear su futuro hormiguero sin antes quitarse las alas, este apareamiento constituye una fiesta para esta especie y que en su día central observamos en la parte Sur de nuestro cantón a la altura del sitio El Rejo, la formación de un manto de hormigas y micharos, conocido como el manto de la novia.
Chinchipe se constituye el único sitio que degusta de este exquisito y afrodisiaco plato tradicional, constituyéndose en un gran alimento por su alto nivel nutritivo y proteínico, bajo en grasas saturadas, según el estudio de la Universidad Industrial de Santander- Colombia, país en donde se exporta la hormiga culonas; ya para su elaboración, son sacadas las alas y patas, para luego ser degustadas ya sean fritas, en caldo, tortillas con yuca e incluso lo preparan como ceviche.
Como Chinchipences, se identifican con estas dos especies de hormigas (colonas y Charapanas), ya por su bravura, así como por la unión, el trabajo y la lucha constante que hemos demostrado como herencia de nuestros antepasados.
Las hormigas culonas constituyen desde tiempos inmemoriales delicioso y nutritivo regalo al paladar. Esta variedad de himenóptero de color amarillo oscuro, cabeza gruesa, tórax delgado, y abdomen extraordinariamente abultado con relación al resto de su cuerpo, provista de grandes tenazas y cuatro alas vistosas.
PREPARACIÓN
Su preparación consiste en quitarles la cabeza, patas y alas, colocándolas a asar en lozas delgadas que permitan su manipulación para evitar que se quemen en el proceso, durante el cual se les rocía con agua sa
Reportaje gráfico: M A K U S A R
La Convivencia en la selva amazónica de Pastaza, la provincia más extensa del Ecuador, donde conviven 7 nacionalidades indígenas, algunas en estado de extinción que no quieren perder sus costumbres, como los achuar.
Una Asamblea comunitaria donde todos participan y toman la chicha: Un niño pesca a su manera en el río Corrientes en busca de comida, mientras una mujer brinda la chicha, la bebida principal en la comuna achuar Makusar, a 50 minutos de vuelo desde Shell-Pastaza.
20 MARZO 2018
LA CRISIS EN VENEZUELA. OLA MIGRATORIA
Abandonar Venezuela en una caravana de la miseria
Exiliados, el reflejo de una nación que una vez fue rica y hoy cae en picada.
ALEXANDRA ULMER / REUTERS
Domingo, 04 Marzo 2018
Desesperados. La mayoría de las familias de venezolanos que se exilian venden todo lo que tienen para pagarse los pasajes de ómnibus. Foto: Reuters.
Poco después del amanecer, decenas de venezolanos se reunieron en la oscura estación de ómnibus de Caracas. Cada uno llevaba una maleta grande, mantas, papel higiénico, pan y botellas con agua.
Esposas llorando, niños confundidos y padres ancianos los abrazaban una y otra vez hasta que llegó el momento de revisar los boletos y pesar los equipajes, y luego se quedaron horas esperando que el autobús partiera. Cuando se puso en marcha, los pasajeros miraron a sus seres queridos, golpeando las ventanas y lanzando besos.
A bordo del ómnibus, el desarrollador web Tony Alonzo dijo que había vendido su guitarra de la adolescencia para ayudar a pagar su pasaje a Chile. Durante meses se fue a la cama con hambre para que su hermano de 5 años pudiera cenar algo.
Otra pasajera, Natacha Rodríguez, fue asaltada a punta de pistola tres veces el año pasado. También iba a Chile con la esperanza de darle una vida mejor a su hijo, amante del béisbol.
Roger Chirinos dejó atrás a su esposa y dos hijos pequeños para buscar trabajo en Ecuador. Su compañía de publicidad llegó a un final particularmente amargo: manifestantes derribaron sus vallas publicitarias para usarlas como barricadas durante las violentas protestas contra Nicolás Maduro.
El ómnibus de Alonzo, Rodríguez y Chirinos, entre otros, cuenta la historia de una nación que alguna vez fue rica pero ahora va en picada y empuja a cientos de personas a huir a diario de una tierra donde el miedo y la necesidad se volvieron algo cotidiano.
Cuando despuntan los primeros rayos de sol sobre Caracas, ya hay personas hambrientas hurgando la basura y niños mendigando frente a las panaderías. Al anochecer, muchos venezolanos se encierran en sus casas para evitar asaltos y secuestros. En un país con las mayores reservas probadas de crudo del mundo, familias cocinan con leña porque no pueden conseguir gas.
Más pobres cada día, cientos de miles de venezolanos han llegado a la conclusión de que dejar el país es su única opción.
Con la moneda muy devaluada y los viajes aéreos al alcance sólo de la elite, los ómnibuss se han convertido en caravanas de miseria, rodando día y noche hacia las fronteras de Venezuela y volviendo casi siempre vacíos para repetir el largo viaje.
Un pesado silencio cayó sobre el ómnibus al dejar la terminal de Rutas de América un día de noviembre. Taciturnos, los pasajeros mandaban mensajes de texto a sus familias o miraban por la ventana mientras el vehículo pasaba cerca de árboles de mango, fábricas cerradas y murales desmoronados del difunto líder Hugo Chávez.
Natacha Rodríguez, madre soltera de 29 años, viajaba con su hijo de 12 años, David, su hermana Alejandra y un amigo de la familia, Adrián Naveda, a lo que ella cree será una vida tranquila. El grupo se dirigía a Concón, Chile, un balneario donde los expatriados venezolanos les aseguraron que había mucho trabajo.
«Tú te acuestas y estás pensando qué vas a comer al otro día», dijo Rodríguez. «Yo no me quería ir, pero la situación me obliga».
Nunca había salido del país, y apenas estaba asimilando la enormidad de lo que intentaba hacer. En los días siguientes visitaría cuatro nuevos países, cruzaría la línea del Ecuador y vería el Océano Pacífico por primera vez. Pero no podía dejar de pensar en lo lejos que había viajado de su amado hogar.
Los venezolanos eligieron a Chávez en 1998 con el mandato de luchar contra la desigualdad. Un carismático ex teniente coronel, Chávez transformó el país durante sus 14 años en el poder, transfiriendo millonarios ingresos del petróleo a populares programas de subsidios sociales.
Pero también nacionalizó grandes áreas de la economía e instauró estrictos controles monetarios, una intromisión estatal que los economistas dicen es la raíz de la crisis actual.
Alguna vez un imán para los inmigrantes europeos y del Medio Oriente durante el auge petrolero de la década de 1970, Venezuela ahora exporta a su gente además de petróleo.
Algunos viajan hasta donde alcanzan sus ahorros: un pasaje de ida a la vecina Colombia desde Caracas cuesta el equivalente a unos 15 dólares, la tarifa para ir a Chile o Argentina puede llegar a los 350 dólares, una pequeña fortuna para muchos en Venezuela.
El Gobierno venezolano no publica estadísticas sobre la emigración. Pero el sociólogo Tomás Páez, un especialista en el tema de la Universidad Central de Venezuela, estima que unos 3 millones de personas han salido del país en las últimas dos décadas y que casi la mitad de ellos se ha ido en los últimos dos años.
Una vez cruzada la frontera en la bulliciosa ciudad colombiana de Cúcuta, los testigos de Jehová, los vendedores y los timadores de toda clase rodean a los abrumados emigrantes. Las calles de Cúcuta ya estaban llenas de venezolanos pobres, algunos dormían en parques y lavaban sus ropas en arroyos porque no tenían dinero para viajar más lejos.
Otros se ven obligados a regresar a Venezuela, quebrados y angustiados. Maduro advirtió a los venezolanos que la vida en las sociedades «capitalistas» es dura. «A los seis meses los veo de regreso aquí en Venezuela», dijo el presidente en un reciente discurso televisado.
Mientras tanto, su gobierno se beneficia de las remesas de los emigrantes que están ayudando a apuntalar la economía de Venezuela y mantener a raya los disturbios en la nación de 30 millones de habitantes.
El Gobierno no divulga las cifras de remesas, pero el grupo de expertos del Diálogo Interamericano calculó que el año pasado llegaron a Venezuela unos 2.000 millones de dólares de ciudadanos que trabajan en el exterior.
«¡Es un nuevo mundo!».
Justo antes de las 2 de la madrugada del cuarto día del viaje, el ómnibus llegó a la fría ciudad colombiana de Ipiales, cerca de la frontera ecuatoriana, a 2.898 metros de altura en los Andes. Varios ómnibus más se detuvieron, descargando a más compatriotas.
A medida que el vehículo avanzaba, los venezolanos expresaron asombro ante lo que veían desde sus ventanas: vacas gordas, semáforos funcionando, estantes de tiendas completamente surtidos, grandes campos de maíz y café. La gente, despreocupada, llevaba joyas de oro por las calles. «¡Es un mundo nuevo!», exclamó Josmer Rivas, de 7 años.
Cuando a última hora de la tarde el ómnibus llegó a Guayaquil, la última parada en la línea Rutas de América, el pequeño Josmer Rivas saltó a los brazos de su emocionado padre, que había emigrado a Ecuador cuatro meses antes.
El cuarteto de Rodríguez y algunos otros subieron a un autobús a la medianoche para continuar su viaje hacia el sur.
Pero hubo algunos sobresaltos en el cruce hacia Chile, una de las naciones más estables y prósperas de América Latina. La policía interrogó bruscamente a los venezolanos. «¿Cuánta plata tienes?», preguntó un oficial a Rodríguez. ¿Sabes que Chile es un país caro? ¿Sabes que hay venezolanos durmiendo bajo puentes? ¿Tú y tu hijo van a dormir debajo de un puente?».
Rodríguez, sin ponerse nerviosa, respondió que tenía un lugar donde quedarse y dinero suficiente para vivir.
Ella y el resto del grupo finalmente fueron admitidos en Chile. Sonrientes, se abrazaron rápidamente antes de emprender otro viaje a Santiago, casi 2.000 kilómetros al sur.
En Chile, Rodríguez ha encontrado la tranquilidad que tanto anhelaba. Aun así, no puede dejar de pensar en Venezuela. «Todos los días me pregunto: ¿cuánto tiempo va a pasar hasta que pueda regresar?».
Dejarlo todo en tu país por un sueño de días mejores.
Durante nueve días, una periodista y un fotógrafo de Reuters acompañaron a los emigrantes en su camino a lo que esperaban fueran mejores días en Ecuador, Perú, Chile y Argentina. Durante casi 8.000 kilómetros, el ómnibus recorrió algunos de los paisajes más espectaculares de América del Sur, incluida la escarpada cordillera de los Andes y el desierto más seco del mundo, en Chile. Aunque los emigrantes estaban impresionados por la vista que pasaba por sus ventanas, sus mentes estaban en la tierra que dejaron atrás y en la incertidumbre que les esperaba en sus destinos. Los 37 pasajeros que se marcharon ese día lo habían empeñado todo, desde motocicletas y televisores hasta alianzas de boda, para pagar su viaje en ómnibus. La mayoría nunca había estado fuera de Venezuela antes de esta experiencia.
Letrero final: «No se habla mal de Chávez».
El ómnibus llegó a San Antonio del Táchira, un pueblo venezolano colmado de basura cerca de la frontera con Colombia. La frontera es un salvavidas para los venezolanos desesperados: cruzan a diario para vender productos como licor, cobre, incluso su propio cabello, a menudo ganando más dinero en un día en Colombia que en un mes en su país.
Nicolás Maduro ha aumentado la seguridad en la frontera en un intento por frenar el contrabando. Los pasajeros fueron forzados a descender y pasar por media docena de puestos de control a pie, luchando por transportar maletas, mochilas, mantas, comida y botellas de agua bajo el ardiente sol.
Caminando hacia el estrecho Puente Internacional Simón Bolívar, que une a Venezuela con Colombia, pasaron bajo un gran letrero del gobierno que decía: «No se habla mal de Chávez».
El cruce tardó cinco horas, en parte porque las computadoras de la oficina de migración venezolana colapsaron. La aprensión de los viajeros creció cuando los soldados venezolanos, conocidos por extorsionar a los que cruzan, registraron sus maletas varias veces. El pasajero Roger Chirinos, el publicista, llevaba 200 dólares en moneda estadounidense, una valiosa protección contra la inflación. Un soldado de la Guardia Nacional exigió la mitad para dejarlo pasar con una vieja consola de videojuegos de Playstation considerada como contrabando. Chirinos entregó un billete de 20 dólares para zanjar la situación.
«Nuestra propia gente nos roba», dijo Chirinos más tarde, relatando la humillación. «No tengo tiempo para rencores. Lo que siento es una tristeza tremenda».
TESTIMONIO.
Viaje triste, pero con esperanza.
La estación de ómnibus era como una funeraria. Las familias lloraban y se abrazaban, se despedían. Todos estaban tristes y asustados: los que se iban por su futuro incierto y los que se quedaban por una vida que continúa sometida a asaltos, escasez de alimentos y un futuro aún más incierto.
Cientos de miles de venezolanos emigraron a otros países de Sudamérica el año pasado. La periodista Alexandra Ulmer y yo queríamos dar nombres y caras a al menos algunos de ellos, por lo que decidimos acompañarlos en un viaje en ómnibus de más de 8.000 kilómetros desde Venezuela hasta el sur de Chile.
Yo esperaba que, al compartir este viaje con mis compatriotas venezolanos, pudiera ayudar a mostrar al resto del mundo lo que la mayoría de nosotros enfrentamos todos los días.
No soy ajeno a esta realidad cotidiana: los amigos y los familiares se van; a algunos les han robado sus pocas pertenencias y sus esperanzas; otros han perdido sus empleos e ingresos.
Cuando los pasajeros finalmente abordaron el ómnibus con maletas chinas baratas, el estado de ánimo era sombrío, pero también había una sensación de esperanza. Los fotografié silenciosamente, observando su fuerza mientras daban este gran paso.
Adrián, un vendedor de baterías para automóviles, vivía con su novia en la casa que compartía con sus abuelos, su madre y sus hermanos. Aunque todos trabajaban, nunca hubo suficiente dinero. Él quería ayudar a su madre y construir un futuro con su novia. Y no vio otra forma de hacerlo, por eso se fue. Le fue muy difícil abandonar su hogar y rompió a llorar cuando supo, mientras cruzaba Colombia, que su bisabuela había muerto. Pero me dijo que aunque el dolor casi le rompía el corazón, tenía que seguir. Él era la única esperanza para su familia.
15 marzo 2018
‘Bebés al Cielo’, entierro masivo en Ecuador de 36 fetos y recién nacidos abandonados
Publicado: 14 mar 2018
Este es el segundo sepelio de fetos que se hace en Quito. El primero tuvo lugar en julio de 2017, cuando fueron inhumados 51 cadáveres.
Unos 36 fetos y recién nacidos que fueron encontrados abandonados en diferentes circunstancias en Ecuador recibieron bendición y sepultura este miércoles en el cementerio de Santa Rosa, en el sur de Quito.
Estos cuerpos fueron hallados en las provincias de Pichincha, Santo Domingo y Tungurahua y en algunos casos permanecieron por más de tres años, congelados y embodegados.
El acto forma parte de un programa, denominado ‘Bebés al Cielo’, de la Arquidiócesis de Quito y el Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, que estuvieron acompañados por representantes de la Policía Nacional de Ecuador.
#MarthaVillamarín coordinadora Medicina Legal y Ciencias Forenses indicó que de los 36 fetos que fueron trasladados 11 corresponden a Tungurahua, 3 a Santo Domingo de los Tsáchilas y 22 a la provincia de Pichincha.
Los pequeños cuerpos, de entre diez semanas de gestación hasta neonatos, fueron adoptados, momentáneamente, por voluntarios, quienes les dieron un nombre. Los 36 ataúdes blancos fueron depositados en dos fosas comunes, en las que se colocó una lápida con la inscripción: «En memoria de los niños no nacidos, 13 de marzo 2018».
«Son bebés que vienen en sus fundas completos y vienen inclusive muchos de ellos pataleando, esto es lo que las madres se encuentran al momento de un aborto», dijo Amparo Medina, coordinadora de la Red Vida y Familia Ecuador, quien mostró un pequeño muñeco que ocupa poco espacio en su mano.
Además, señaló que las mujeres que abortan «se asustan y dejan a sus hijos botados en el servicio higiénico, en el basurero, en el baño».
La legislación en Ecuador
En Ecuador, el aborto se permite cuando existe peligro para la vida de la embarazada y por violación solo cuando es «en una mujer que padezca de discapacidad mental«, según el artículo 150 del Código Orgánico Integral Penal (COIP); el resto es penalizado severamente.
Según los artículos 148 y 149 de la normativa, el aborto, en caso de ser «no consentido», la persona que lo provoque «será sancionada con pena privativa de libertad de cinco a siete años». En el supuesto de que sea «consentido», habrá cárcel de uno a tres años para quien haga abortar a una mujer y de seis meses a dos años para la fémina que lo permita.
biodiversidad:
Muere jaguar al intentar escapar de un hotel en Amazonas /Colombia/
Además, tres personas resultaron heridas al tratar de recapturarlo. Las autoridades ambientales no se han pronunciado al respecto.
En la mañana del martes, un jaguar que permanecía dentro de un hotel del Amazonas, OnVacation, se escapó de su encierro. Para tratar de recapturarlo, miembros del establecimiento intentaron atraparlo con sogas, maniobra por la que tres personas sufrieron lesiones.
Ante la imposibilidad de apresarlo, el emblemático animal fue asesinado con un machete y un arma de fuego, informaron medios locales.
Según el periódico El Colombiano, Ángela María Maldonado Rodríguez, presidente de la veeduría ambiental y proteccional del departamento, reiteró que el accidente sucedió debido a un «mal manejo del control del animal».
“El jaguar salió, pero no se fue a atacar a nadie. Fue en el momento de intentar capturarlo que se falló en el procedimiento. Esta gente debería tener dardos tranquilizantes y no los tenían”, aseguró la funcionaria al medio citado. Maldonado aseveró, además, que dicho establecimiento contaba con un permiso para tener esta especie dentro de sus instalaciones, otorgado por Corpoamazonía. Sin embargo, esta entidad no se ha pronunciado al respecto.
Por su parte, algunas personas han expresado su indignación a través de las redes sociales, pues el jaguar se considera una especie emblemática de la selva amazónica y la creciente afluencia de visitantes, sumado a algunos esquemas de turismo sin regulación, amenazan con reducir la biodiversidad de la región.
Algunos estudios, como el publicado en junio de 2016 en la revista científica Nature, incluso apuntan a futuras pérdidas de hasta la mitad de los animales que habitan esta selva, .
El jaguar, por su parte, es catalogado como una especie “casi amenazada” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), lo cual quiere decir que está cerca de ser declarado en peligro de extinción.
«Era manos por debajo de la falda, manos en el trasero»: la denuncia de una periodista encubierta sobre el acoso sexual en una cena benéfica de ricos y famosos en Londres
RedacciónBBC Mundo
Madison Marriage había escuchado que se producía acoso durante esta cena anual.
Algunas de las jóvenes que trabajaron como anfitrionas en el evento se quedaron en «shock».
«Era manos por debajo de la falda, manos en el trasero, pero también manos en caderas, en la barriga; brazos rodeándote la cintura de manera inesperada», describió la situación la periodista del Financial Times Madison Marriage.
Marriage asistió encubierta a la prestigiosa cena benéfica President’s Club Charity Dinner, un evento solo para hombres organizado anualmente en Reino Unido y al que este año asistieron 360 personalidades del mundo de la política o los negocios.
El objetivo oficial de este acto solidario es recoger fondos para causas como el centro para niños Great Ormond Street Hospital de Londres.
Y en una entrevista con la BBC Marriage compartió detalles del acoso que ella y otras mujeres sufrieron durante la cita, celebrada el pasado jueves en un hotel de lujo de Londres.
Tras la denuncia, el President’s Club anunció este miércoles que cerraráy que los fondos restantes van a redistribuirse a las organizaciones benéficas para niños «de manera eficiente».
En un comunicado, la institución indicó que los organizadores estaban «consternados» por las acusaciones y que tales comportamientos eran «totalmente inaceptables».
«Las acusaciones serán investigadas completa y rápidamente y se tomarán las medidas apropiadas», afirmaron.
Un vocero de la agencia Artist, que reclutó a las anfitrionas, sostuvo por su parte que no estaba al tanto de ningún reclamo de acoso sexual, pero que el tipo de comportamiento alegado era «completamente inaceptable».
David Meller, uno de los organizadores de la cena y miembro del Departamento de Educación de Reino Unido, renunció también después de los informes.
David Meller, copresidente del President’s Club y miembro del Departamento de Educación, renunció también después de conocerse los informes.
La ministra de Educación, Anne Milton, declaró: «David Meller abandona su puesto como miembro no ejecutivo del Departamento de Educación (…) y sé que el secretario de Educación está claro en que es la decisión correcta».
La agencia de publicidad más grande del mundo, WPP, que patrocinó una de las mesas del evento, anunció que retirará su apoyo tras las acusaciones realizadas por la reportera, si bien su director ejecutivo, Martin Sorrell, aseguró a la BBC que sus invitados no presenciaron el comportamiento descrito por Marriage.
Los hospitales Great Ormond y Evelina London anunciaron, por su parte, que devolverán donaciones anteriores de los organizadores después de las acusaciones.
«Manos» por todas partes
«Me manosearon varias veces y sé que hay numerosas trabajadoras que dijeron que les pasó lo mismo», contó la periodista del Financial Times.
«No era, supongo, manoseo de alto grado, pero una de las cosas más extrañas que ocurrió es que podías estar hablando con un hombre y, de repente, este te agarraba la mano».
La periodista decidió acudir al evento para comprobar que las historias de acoso que les habían llegado eran reales.
«Me habían advertido que los hombres podrían resultar molestos (…) Sabía que algo de eso podría ocurrir esa noche, pero no estaba al cien por cien segura. Pero hay otras muchas mujeres que estaban ahí que no tenían ni idea que el evento iba a ser así«.
«Una mujer me dijo que se quedó impactada. Le preguntaron si era una prostituta».
Según Marriage, a las 130 mujeres que trabajaron en el evento se les pidió que se vistieran con tacones negros «sexis» y ropa interior de ese mismo color.
Derechos de autor La cena se celebró en el hotel de lujo Dorchester de Londres.
También se les dijo que podían beber alcohol mientras trabajaban.
Cobraron £150 (US$213) más £25 (US$35) para el taxi de vuelta a casa.
«Su primera tarea», cuenta el reportaje del diario, «fue firmar un acuerdo de confidencialidad. Las anfitrionas no tuvieron la oportunidad de leer su contenido ni llevarse una copia».
El editor de asuntos políticos de la BBC, Nicholas Watt, dijo que el diputado conservador Nadhim Zahawi estaba presente en la cena, pero se marchó pronto porque «era un evento incómodo y extraño».
«Cabe la pena destacar que (Zahawi) ya había asistido a esta cena en otra ocasión-antes de que ser elegido como diputado en 2010-, pero, tal y como yo lo veo, él pensó que el evento entonces fue completamente diferente al de la semana pasada».
La ecuatoriano-española Nathaly Salazar falleció en Perú y su cuerpo fue lanzado a un río.
La ecuatoriana-española Nathaly Salazar falleció el pasado 2 de enero mientras hacía turismo en Perú. Desde ese día su familia la buscaba y este fin de semana se confirmó su deceso, revelado por dos guías turísticos que confesaron haber lanzado su cadáver a un río, ante el temor de que se conozca su muerte.
El deceso habría ocurrido mientras la joven se desplazaba en una tirolina (canopi) en la comunidad Cacllaracay, en la región Cuzco, que ofrecía una vista panorámitca del Valle Sagrado de los Incas. Según el testimonio de los detenidos, el dueño de la empresa de transporte turístico y su empleado, ella sufrió un golpe en la cabeza que le provocó la muerte. Su cuerpo fue arrojado al río Vilcanota-Urubamba, en el sector conocido como Paucarbamba.
Su familia inició desde España su búsqueda desde el 2 de enero, un día después de su último contacto telefónico. La Policía de Perú lanzó una alerta en la zona con los datos de la mujer, quien desde septiembre inició un periplo turístico por su país natal (llegó a Europa a los 12 años) y luego pasó a Perú. Tenía previsto viajar a Bolivia, Chile y Argentina.
“Según la información policial, el 2 de enero la joven llegó al sitio arqueológico de Moray y de ahí se dirigió a Maras, para luego seguir a pie hasta la comunidad campesina de Cacllaracay, donde se ofrecía el servicio de observación a los turistas”, informó este domingo ABC.
“Los padres de Salazar llegaron a Perú el pasado martes, con la intención de sumarse a la búsqueda que se hace en Cuzco y, según indicó su madre, Alejandra Ayala, el 31 de diciembre pasado fue la última vez que tuvo comunicación con ella, quien le aseguró que estaba ‘bien y feliz’”, según recogió El País.(I)
Fuente: El Universo
domingo 14 enero 2018
la paradoja del Poopó, el lago de Bolivia que aparece y desaparece
Angelo AttanasioEnviado especial de BBC Mundo a Oruro, Bolivia
11 enero 2018
Abdón nunca vio el mar.
Pero desearía verlo.
Me lo cuenta mientras conduce su vieja furgoneta por unas pistas polvorientas e improvisadas.
Adentro del vehículo, el calor del altiplano boliviano agudiza el olor punzante a hoja de coca mascada.
Afuera, enmarcado por la ventanilla, desfila un panorama monótono, una inmensa planicie blanquecina salpicada por el verde apagado de unos arbustos.
El lecho del lago boliviano Poopó, durante la estación seca, se convierte en una planicie arcillosa (foto: Angelo Attanasio).
A ratos aparecen unos prometedores destellos que evocan la presencia de un lago.
«¡Agua!».
Pero, a cada metro recorrido, esa agua se vuelve más lejana, inalcanzable, hasta fundirse en el horizonte con los cerros del altiplano andino.
Porque esa agua no existe: es una ilusión óptica.
Todo lo que queda del lago Poopó, que llegó a ser la segunda extensión de agua dulce de Bolivia, es ahora un espejismo.
Hasta hace unos meses, sin embargo, no era así.
Y dentro de otros pocos, cuando la estación de lluvias haya cumplido con su tarea, el lago probablemente volverá a aparecer.
El lago Poopó fotografiado, con 3 años de diferencia, desde un satélite de la NASA.
Ya ocurrió a principios de 2017, cuando el ministro de Defensa boliviano, Reymi Ferreira, publicó una foto acompañada de una frase elocuente: «Lago Poopó otra vez con agua».
Pero, ¿realmente el lago había reaparecido? ¿Cómo podía haber ocurrido? ¿Se mantendría o volvería a desaparecer?
Es finales de noviembre de 2017 y Abdón aparca la furgoneta en un punto indefinido de esta llanura seca.
Bajo a comprobar la consistencia del mosaico de arcilla y salitre que conforma el lecho de este lago quemado.
A cada paso, entre las grietas de los terrones, brota la misma pregunta: ¿cómo se cuenta la historia de un lago que existe y no existe a la vez?
Decido que la mejor manera de hacerlo es encarándolo desde todas partes: adentrándome en sus entrañas, recorriendo sus terrenos y sobrevolándolo.
1. Desde el aire
Marcelo Miralles es un hombre decidido.
El 12 de diciembre de 2015 el diario del que es gerente, La Patria de Oruro, publicó la noticia: «¡El lago Poopó desapareció!».
Nadie le creyó.
Así que unos días después se subió a la avioneta con la que ahora estamos surcando el aire frío y enrarecido de la mañana. Iba en busca de la prueba definitiva y la encontró sacando una foto que salió al día siguiente en portada.
La transformación del lago Poopó en Bolivia vista desde el aire (video: Angelo Attanasio).
La noticia se esparció rápidamente por el resto del mundo y causó revuelo expresado en tonos apocalípticos.
¿Cómo es posible que los 3.000 kilómetros cuadrados del lago Poopó se hayan esfumado? ¿Acaso son los efectos del cambio climático?
Durante meses, distintos medios internacionales reportaron la muerte del Poopó. Hasta que el Poopó regresó.
Situado a más de 3.600 metros de altitud, este lago ocupa una vasta depresión que recoge las aguas del departamento de Oruro, una árida meseta andina encaramada en la cordillera que separa a Bolivia de Perú.
El 90% proviene del río Desaguadero, que lo conecta con el Titicaca, y estos dos lagos, junto con el Salar de Coipasa y el Salar de Uyuni, forman un sistema endorreico (es decir, sin salida al mar) llamado TDPS.
El sistema TDPS, formado por el lago Titicaca, el río Desaguadero, el lago Poopó y el salar de Coipasa.
Cuando el nivel del Titicaca cae por debajo de los 3.810 metros, el flujo que alimenta el Desaguadero se interrumpe y el lago no puede compensar la pérdida masiva de agua debido a la evaporación de la superficie.
Pero toda esta complicada geografía, desde la altura de 500 metros a la que Marcelo Miralles y yo estamos volando, sólo se puede intuir.
Hay sin embargo dos elementos peculiares que llaman en seguida la atención. Miralles me los indica mientras hace virar la avioneta hacia lo que era -y tal vez será- la isla de Panza, y que ahora es sólo una verruga en la piel agrietada del lago.
La isla de Panza ya no está rodeada de agua y se transformó en una colina (foto: Angelo Attanasio).
El primero es la paleta de colores del lecho del Poopó: las tonalidades de beige dejan paso a unas más internas de color marrón claro que, a su vez, dan paso a otras más oscuras.
Los movimientos sinuosos que forman estos colores se alternan como si fueran la resaca de una ola en la playa, con la diferencia de que aquí el blanco de la espuma es una espesa costra de sal.
Del verde que caracteriza el agua del Poopó o del rosa de los flamencos andinos, en cambio, ni rastro.
El segundo elemento, que Marcelo insiste en remarcar, es que el lago está completamente seco.
Efectivamente, la desaparición de 2015 no fue la primera en la historia de este frágil cuerpo de agua.
A lo largo del siglo XX el Poopó estuvo completamente seco entre 1939 y 1944 y entre 1994 y 1997, mientras que entre 1969 y 1973 quedó reducido a unos cuantos charcos salados.
Pero también es verdad que el lago ha vuelto todas las veces: regresó en los 40, volvió en los 70 y a principios de 2017.
«No hay duda de que el Poopó volverá a existir en el futuro», me garantiza Milton Pérez, profesor de ingeniería agrícola de la Universidad Técnica de Oruro, que desde hace tiempo investiga los movimientos del lago.
Aunque eso no significa que seguirá resucitando eternamente, Pérez está convencido de que todavía habrá Poopó por muchos años más. Pero no para siempre.
Su convicción se basa en varios estudios científicos que demuestran que el Poopó deriva de otros lagos prehistóricos mucho más grandes y que acabaron secándose.
El último de estos, el lago Minchín, ocupaba hasta hace 10.000 años las áreas del Poopó y de los actuales salares de Uyuni y de Coipasa.
«Según su comportamiento natural, el Poopó también está destinado a convertirse en un salar», me explica Pérez.
La orilla meridional del lago Poopó está recubierta por una gruesa capa de sal (foto: Angelo Attanasio).
«Por lo tanto, la pregunta que hay que hacerse es: ¿en cuánto tiempo?», le dice a BBC Mundo.
Los modelos matemáticos de los expertos apuntan a que la desaparición natural del Poopó acontecerá dentro de entre 1.500 y 2.000 años.
Aunque según aseguran varios científicos, el cambio climático, los efectos de la Oscilación Meridional de El Niño (ENSO) y la actividad humana están acortando su vida.
Entre 1995 y 2005 la temperatura en el altiplano andino subió un promedio de 0,9 °C, y la temperatura mínima aumentó 2,06 °C en los últimos 56 años. Estos factores influyen de manera decisiva en la evaporación de las aguas.
A eso hay que añadir unos ciclos de sequía cada vez más frecuentes y largos. Antes, a un año de lluvia escasa le seguían siete de lluvias abundantes, cosa que permitía la recuperación del lago.
En las últimas dos décadas, en cambio, la sequía se repitió cada tres años.
Finalmente, hay que considerar los vientos que entre agosto y septiembre barren sin piedad la superficie del lago y lo inundan con millones de toneladas de sedimentos del desierto de Atacama.
¿Pero se puede decir que la desaparición del Poopó se debe al cambio climático?
«Sí, pero solo en parte», responde Pérez.
A los efectos naturales se suman además el uso cada vez mayor del agua del Desaguadero para producción agropecuaria y las consecuencias de siglos de actividad minera en la zona.
«De no cambiar estos factores», sentencia Pérez, «el Poopó está destinado a existir como mucho otros 250 o 300 años».
¿Y hay solución?
«Podemos hacer poco contra el cambio climático o el Niño», añade, «pero sí podemos actuar sobre las otras causas».
Dentro de 2.000 años el lago Poopó está destinado a convertirse en un salar, pero la actividad humana podría acelerar este proceso (foto: Angelo Attanasio).
2. Desde la superficie
A Pablo Flores ya no le queda ni siquiera su sombra.
Se la borró el sol del mediodía, el mismo que desde hace milenios tuesta las pieles de las poblaciones del altiplano y que ahora corroe las tuercas del barco que me señala con el brazo.
Lo señala como si la oxidada embarcación fuera la culpable del desastre, cuando ese amasijo de madera y chatarra no es más que otra víctima involuntaria de esa ausencia llamada Poopó.
«Nos hemos quedado huérfanos». Pablo Flores, autoridad indígena uru, se queja de que sin el lago ya no pueden pescar ni cazar. (foto: Angelo Attanasio).
Durante casi toda su vida Flores vivió de la caza y de la pesca en el lago, igual que casi todos los hombres de Puñaca Tinta María, una de las tres aldeas habitadas por la comunidad indígena Uru-Murato en la ribera oriental del lago.
Y desde hace unos meses él es «mallkuqota», la autoridad tradicional del lago, un cargo que le otorga dos derechos absolutos: el de velar por el Poopó y el de hablar en nombre de los poco más de 700 urus que todavía viven en sus orillas.
«Desde que el Poopó se secó, los urus somos huérfanos», me dice mientras caminamos hacia lo que considera su última esperanza: un «atajado», un montículo de tierra de menos de un metro de altura y de decenas de kilómetros de largo levantado para cercar las aguas del lago.
Cuando las aguas vuelvan, claro.
«El lago nos daba la vida», dice con un tono de voz que oscila entre la resignación y el candor optimista.
«Por eso hemos pensado hacer un atajado, para que el viento no se lleve el agua. El viento es quien trae la muerte al Poopó», le dice a BBC Mundo.
Desde hace unas semanas todas las familias urus de la zona están ocupadas excavando en la arcilla ese dique que, creen, les devolverá el lago.
«Perdimos nuestros oficios y ahora estamos trabajando como jornaleros. Antes, entre marzo y octubre sacábamos unos seis quintales de pescado día por medio. Ahora, nada».
Como «mallkuqota», Pablo se encarga de los rituales para que llueva y vuelvan las aguas al Poopó.
Detalla la «misa grande» que hicieron en septiembre, un ritual que, según me cuenta, tuvo su recompensa y que fue celebrado como la llegada de un familiar a quien no se ve desde hace tiempo.
«Nuestro creador nos escuchó y tres días después llovió. Nuestra esperanza es que este año, con la estación de lluvias, volveremos a comer pejerrey».
De momento los urus se tienen que conformar con las bolsas de comida, a veces escasa, que el gobierno departamental les entrega a cambio de cavar ese dique de arcilla seca, más eficaz para contener la promesa del lago que sus aguas.
«Los urus se han convertido en los primeros refugiados climáticos de Bolivia», me suelta a bocajarro Limbert Sánchez Choque, el coordinador general de la asociación CEPA (Centro de Ecología y Pueblos Andinos).
Los indígenas uru-murato podrían ser los primeros «refugiados climáticos» de Bolivia (video: Angelo Attanasio).
Sánchez se ocupa desde hace años de los problemas ambientales en el área de Oruro y está convencido de que el atajado que los urus están construyendo no sirve.
«Es un chiste», le dice a BBC Mundo.
«¿Volverá entonces el lago?», le pregunto.
«Sí, pero si se dan ciertas condiciones», es su respuesta.
Su lista contiene una política de regulación hídrica del TDPS, obras de dragado del lecho, el cierre de los canales de riego en época de lluvia y un mayor control de la actividad minera.
Pero es cuando habla de las consecuencias sociales que acarrea la condición del Poopó que asoma entre sus palabras un tono fatalista.
«Un pueblo sin tierra es un pueblo condenado a desaparecer. Y la tierra de los urus es el lago. ¿Cómo se puede preservar su identidad cultural?», se pregunta. «¿Qué perspectiva, qué horizonte económico se le va a dar a ese pueblo?».
Según él, son las autoridades públicas quienes tienen la obligación de dar respuesta a estas preguntas.
viernes 5 enero 2018
AUDIENCIA PÁRA SENTENCIA EN CASO DE ESTAFA MASIVA SE CONOCERÁ EL 11 DE ENERO PROXIMO
El «sonado» caso de estafa masiva bajo la modalidad de la denominada «pirámide» que involucra directamente al pastor evangélico Milton G. de una iglesia de Puyo y otras 12 personas, podría llegar a su fin el próximo 11 de enero de 2018, a las 14h00, cuando se dicte o se haga publica la sentencia por parte de los jueces.
Así lo determino la sala de la Corte de Justicia de Pastaza, al agotarse los dos días, 3 y 4 de enero 2018, para las ultimas pruebas de cargo y de descargos presentadas por las partes, tanto acusadora como demandada.
El abogado Edmundo Mosquera, quien defiende a las personas que denunciaron el caso, manifestó que hay las pruebas suficientes y fehacientes de la estafa masiva bajo esta modalidad y esperan una sentencia condenatoria de al menos 10 años, por este delito, donde las personas entregaban dinero en efectivo al pastor evangélico, y otros depositaban en cuentas de empresas «fantasmas» que el mismo evangélico les dio los números de esas cuentas, según testimoniaron los supuestos perjudicados, para que hagan esos depósitos directos y cuyas copias se les iba a entregar pero nunca las obtuvieron, tampoco apareció el dinero.
Este caso en su proceso lleva más de dos años desde la primera audiencia que se cumplió el pasado 11 de mayo de 2015; luego se han cumplidos varias otras audiencias más entre 2016, 2017, siendo las ultimas las de inicio de este 2018, del 3 y 4 de enero, donde se tenía que ya dictar sentencia, aseguró Mosquera.
Son más de 200 personas las que dicen haber sido estafadas en Pastaza, pero solo 30 personas presentaron las denuncias en la Fiscalía. Esperan que haga justicia y se les devuelva los dineros entregados que van desde 1.000 hasta 20 mil dolares, por cada uno, según informes presentados.
En su momento MIlton G. se acopgio al sielncio y en als pocas palabars que dio a loes medios de comuncaion local hacve poscos dias indico que s epreueb y que esta tranquilo porque el y las otras personas acusadas son inocentes
Caso Yuliana Samboní: cómo el brutal asesinato de una niña indígena a manos del conocido arquitecto Rafael Uribe enfrentó a la vieja y la nueva Colombia
Jaime GonzalezBBC Mundo
Image captionYuliana Samboní vivía con su familia en un barrio humilde de Bogotá, donde fue raptada. Foto: familia Samboní
«¿No sabes lo que pasó en este edificio?».
Esta pregunta me la hizo a finales de octubre un amigo mientras almorzábamos en el departamento que yo había alquilado a través de internet para pasar unos días visitando Bogotá.
La expresión seria de su cara me hizo entender en seguida que no se trataba de nada bueno.
«En el departamento del piso de arriba encontraron muerta a la niña Yuliana Samboní«, me dijo.
No necesité que me diera más detalles.
Hace un año, el 4 de diciembre de 2016, la menor indígena de origen humilde fue secuestrada, violada y asesinada por el arquitecto de 38 años Rafael Uribe Noguera, perteneciente a una conocida y acaudalada familia bogotana.
El crimen, que sacudió a la sociedad colombiana como pocos antes, ocurrió en el barrio de Chapinero Alto, una de las zonas de moda en el norte de Bogotá, en la que en los últimos años se han abierto numerosos bares, tiendas y restaurantes de esos que aparecen en las guías para turistas.
En las semanas posteriores al asesinato mucha gente se acercó a la puerta de entrada del edificio -construido hacía apenas tres años por la propia familia de Uribe Noguera- para dejar flores, velas y carteles en recuerdo de Yuliana.
Image captionRafael Uribe Noguera pertenece a una conocida y acaudalada familia bogotana. (Foto: cortesía de El Tiempo)
Debido a la gran repercusión que tuvo el caso en la opinión pública, el asesinato de Yuliana supuso un desafío sin precedentes para las autoridades.
Al día siguiente de producirse el crimen, tras hacerse públicas las identidades de la víctima y de su asesino, surgió un clamor popular exigiendo que se hiciera justicia, con miles de ciudadanos pidiendo en la calle y en las redes sociales que la muerte de la niña no quedara impune.
Muchos creían que Rafael Uribe Noguera -un hombre apuesto, soltero y de buena familia- podría eludir su responsabilidad, como había sucedido en el pasado en Colombia en tantos otros casos que involucraban a personas de clase alta «bien conectadas».
El hecho de que se señalara a los hermanos del asesino -Francisco y Catalina- como encubridores (todavía deben ser juzgados) y que el guarda de seguridad del edificio en el que murió Yuliana se suicidara en extrañas circunstancias a los pocos días de la muerte de la niña, no hizo sino aumentar los temores de que no se llegara a esclarecer lo sucedido.
Derechos de autor de la imagenEPA Image captionLa muerte de Yuliana Samboní generó movilizaciones e indignación en Colombia.
El escrutinio sobre la labor de las autoridades en las horas y días posteriores al asesinato fue tal que hasta el presidente colombiano Juan Manuel Santos -en cuyo círculo cercano se encontraban personas vinculadas a los Uribe Noguera- se pronunció para condenar lo ocurrido y exigir justicia.
Muchos vieron en este caso una batalla entre dos países.
Por un lado, la «vieja Colombia», en la que, como todavía sucede en muchas otras naciones de América Latina, las clases pudientes, gracias a su cercanía con el poder, hacen y deshacen a su gusto, y actúan con impunidad, cerrando filas para proteger a los suyos.
Por el otro, la «nueva Colombia», un país que, tras más de medio siglo de conflicto armado y pese enfrentar todavía grandes problemas de violencia y desigualdad, se encuentra en plena transformación política, económica y social.
Pronto se quedó claro que la ciudadanía no iba a permitir que el crimen de Yuliana quedara impune.
Secuestrada y asesinada
En la mañana del domingo 4 de diciembre de 2016, Rafael Uribe Noguera salió en su camioneta de su residencia en el barrio de Chapinero Alto en dirección a Bosque Calderón, una humilde barriada de construcciones informales situada a unos pocos kilómetros de distancia.
Image captionEn este edificio, construido por la familia Uribe Noguera, se halló el cuerpo de Yuliana. (Foto: Google Maps)
Al llegar allí, aparcó, abrió la puerta de su auto y entabló conversación con Yuliana Samboní, quien estaba jugando en la calle junto a su primo.
La niña de 7 años vivía en ese lugar con su hermana pequeña y sus padres -Juvencio y Nelly-, quienes meses atrás habían decidido mudarse a la gran ciudad desde el empobrecido Departamento del Cauca -en el oeste del país- en busca de una vida mejor.
Tras intercambiar unas palabras, Uribe Noguera agarró a la Yuliana por el brazo y la introdujo a la fuerza en su camioneta, abandonando el lugar a toda velocidad.
Nada más producirse el rapto, los familiares de la pequeña contactaron a la policía, que inició una extensa operación de búsqueda.
Gracias a las descripciones de vecinos de Bosque Calderón y a las grabaciones de unas cámaras de seguridad, se pudo identificar al dueño del automóvil en el que la niña había sido secuestrada.
Las indagaciones que se realizaron en las horas posteriores llevaron a la policía hasta un apartamento propiedad de Rafael Uribe Noguera en el edificio Equus 66, situado en Chapinero Alto.
No se trataba de la vivienda habitual del arquitecto, que quedaba a unas pocas cuadras, sino de un departamento dúplex de su familia que se encontraba vacío y en proceso de arriendo, en el que en la noche del domingo 4 de diciembre se halló el cuerpo sin vida de Yuliana.
Según reveló la autopsia, había sido violada, torturada y asfixiada hasta la muerte.
Pero Rafael Uribe Noguera, quien no contaba con antecedentes penales, no estaba en la escena del crimen.
Internado en una clínica
Horas antes se había trasladado en un taxi junto a su hermano Francisco -abogado que trabajaba en uno de los bufetes más conocidos de Bogotá- a una clínica privada por sufrir una aparente sobredosis de drogas.
Derechos de autor de la imagenEPA Image captionUribe Noguera oyó los cargos que las autoridades presentaron en su contra mientras estaba internado en una clínica privada, dos días después del crimen.
Fue en esa clínica en la que dos días después, postrado en su cama y llevándose las manos a la cabeza, Uribe Noguera oyó los cargos que las autoridades presentaron en su contra: secuestro simple, acceso carnal violento, tortura y feminicidio agravado.
Las pruebas eran contundentes. Además de las grabaciones de las cámaras de seguridad que mostraban a la pequeña Yuliana con vida en el interior del vehículo del arquitecto, se hallaron en el auto de este y en su departamento prendas de la víctima y restos de su ADN en el cuerpo de la pequeña.
Con el paso de los días se fueron conociendo otros detalles del caso, que apuntaban a que Francisco y Catalina Uribe podían haber ayudado a su hermano a alterar la escena del crimen y a eliminar pruebas -como los mensajes de texto del celular del sospechoso-, lo que hizo aumentar la indignación popular.
También se hicieron públicos detalles de la vida personal de Rafael Uribe, quien, según algunos relatos, era dado a los excesos con el alcohol, las drogas y las mujeres.
Tras ofrecer diferentes versiones de lo ocurrido, a mediados de enero de 2017 Rafael Uribe Noguera se declaró culpable y tres meses después fue condenado a 51 años de cárcel, pena que a principios de noviembre le fue aumentada hasta los 58 años.
Un año después de la muerte de Yuliana, sus padres, quienes hace meses regresaron al Departamento del Cauca, esperan todavía recibir una compensación económica de parte de la familia Uribe Noguera.
Los hermanos del asesino están a la espera de ser enjuiciados por presunto encubrimiento.
Dos países
«En este caso, por los detalles que se conocen, parece que la familia de Uribe Noguera pensaba que estaba en la vieja Colombia», me cuenta el periodista colombiano de BBC Mundo Juan Carlos Pérez Salazar.
«Colombia es un país muy clasista. En grandes ciudades como Bogotá el poder se acumula en unas pocas familias y la gente que pertenece a esas familias está acostumbrada a manipular la ley», asegura.
Image captionJuvencio Samboní, padre de Yuliana, y su esposa, abandonaron Bogotá poco después del asesinato de su hija. Foto: Guillermo Torres/ Semana
«Hay un dicho muy viejo en el país que dice que ‘la justicia es para los de ruana’, que son los campesinos. O sea, que solo se aplica la justicia a la gente pobre».
Según Pérez Salazar, «en este caso había detalles que apuntaban a que podía haber impunidad y que hacían pensar que la familia del asesino creía que estaba por encima de la ley«.
«Hace 20 o 30 años posiblemente hubieran logrado que el acusado saliese libre. (…) Pero este fue un asesinato muy simbólico y muchos ciudadanos y medios lo siguieron con atención, lo que hizo que hubiera un escrutinio importante sobre la justicia y que esta finalmente terminara condenando a Uribe Noguera».
«Yo no recuerdo un caso parecido, resuelto con esta rapidez y contundencia».
Pérez Salazar cree que esto demuestra que «pese a los grandes problemas de desigualdad, violencia y clasismo que todavía existen, Colombia es de alguna manera un país nuevo que está en proceso de cambio».
Para el periodista de BBC Mundo, este caso también es un reflejo de dos de los grandes males que todavía aquejan a Colombia, como son el racismo y el machismo.
Niños desprotegidos
La muerte de Yuliana Samboní vino a engrosar la larga lista de feminicidios que se producen cada año en Colombia, la mayoría de los cuales -hasta un 90%, según cifras oficiales- quedan impunes.
El instituto de «virtudes tradicionales» de China que enseñaba a las mujeres a ser «obedientes» y a no protestar cuando fueran golpeadas por sus maridos
RedacciónBBC Mundo
El instituto enseñaba que las mujeres no debían protestar al ser maltratadas por sus maridos.
En la Escuela de Cultura Tradicional de Fushun, en el noreste de China, las enseñanzas de «moral» para mujeres se resumían en tres mandatos: hablar menos, hacer más tareas domésticas y ser «obedientes» con los hombres.
Al menos eso se deprende de un video sobre las clases en este instituto que se hizo viral la pasada semana y llevó a las autoridades chinas a decretar su cierre inmediato por violar «los valores centrales del socialismo».
En la grabación de las lecciones de «virtudes tradicionales», que se filtró en la red social china Weibo (la versión china de Twitter), la profesora argumenta que «las mujeres no deberían esforzarse por avanzar en la sociedad, sino que deberían permanecer siempre en el nivel inferior».
«Si pides comida en lugar de cocinar, estás desobedeciendo las reglas para las mujeres», aseguraba la instructora.
Otra de las maestras decía que las mujeres deberían obedecer incondicionalmente a sus padres, esposos e hijos, que nunca deberían discutir cuando se les regañara ni protestar cuando se les pegara.
Image captionUna de las profesoras decía que si la mujer pedía comida, en lugar de cocinar, estaba desobedeciendo las reglas. (Foto: YouTube)
Y, claro, dicen que tampoco deberían divorciarse.
Según se aprecia en el video, entre las tareas «prácticas» que enseñaba el instituto se encontraba tender apropiadamente la cama y limpiar el piso y el inodoro con las manos sin protección.
En otro «consejo» uno de los maestros advierte que si una mujer tiene relaciones sexuales con más de tres hombres, el semen se volvería venenoso y podría matarla.
Image captionEntre las enseñanzas prácticas estaba limpiar el inodoro con la mano y sin guantes. (Foto: YouTube)
«Sea lo que sea lo que pregunte su marido, su respuesta debería ser: ‘Sí. Enseguida‘», se le escucha decir a otro de los profesores.
Clausurada
De acuerdo con la agencia estatal china Xinhua, estas clases de moral comenzaron en 2011 por iniciativa de la «Asociación de Investigación sobre la Cultura Tradicional de Fushun» para «defender los valores del confucionismo».
No obstante, el ayuntamiento de la localidad aseguró que las lecciones empezaron sin el visto bueno de las autoridades y que, por tanto, serían suspendidas.
La escuela, que recluta a estudiantes de todo el país, se agrandó en los últimos años y tiene también sucursales en ciudades como Wenzhou (este), Zhengzhou (centro) y Sanya (sur extremo), según el diario chino Global Times .
En declaraciones a este periódico digital, los empleados del video aseguraron que el contenido del video era una «tergiversación» de su trabajo para promover la cultura tradicional.
Image captionLa escuela basaba sus enseñanzas en valores conservadores de obediencia. (Foto: YouTube)
Pero este no fue el punto de vista del buró de educación local de Fushun, que aseguró que las enseñanzas del instituto iban en contra de la «moral socialista«.
En un comunicado en su página de Weibo, indicaron, además, que realizarían un control más amplio para localizar institutos similares.
«Debemos detener cualquier fenómeno que viole los valores centrales del socialismo», dice la declaración.
Según Global Times, los cursos de moral tradicional basados en la filosofía de Confucio se han multiplicado en China en los últimos años y sus enseñanzas remiten a valores conservadores de obediencia.
El confucionismo, que fue practicado durante la época imperial, se prohibió tras la revolución comunista de 1949.
Sin embargo, tras la llegada a la presidencia de Xi Jinping esta filosofía se ha puesto de moda, al punto que el propio presidente cita a Confucio en sus discursos como referencia patriótica a las tradiciones chinas.
Publi/reportaje:
Cooperativa de transportes /Centinela del Oriente/, primera intercantonal, sirviendo a Pastaza y al país.
Esta fue la primera cooperativa de transporte intercantonal desde Puyo, Pastaza hacia el cantón Palora en Morona Santiago, cuando se cruzaba en gabarra por el río Pastaza, con caminos inhóspito y peligrosos, ….Las unidades se deterioraban, y no estaban en condiciones optimas. Incremento su ruta a Macas
Ante la acogida ciudadana s e convirtió en una cooperativa interprovincial con rutas directas a Quito y Ambato..
Con la presencia d su gerente actual, Carlso Chavez, la cooperativa se ha fortalecido con nuevas y modernas unidades a la altura de las grandes cooperativas de buses internacionales para brindar comodidad y seguridad, pero además en el servicio de índole social.
Hace poco la Cooperativa Centinela del Oriente, sede Puyo, firmó un convenio de cooperación con la Fundación Vida: Unidos contra el cáncer, para brindar durante un año el servicio gratuito a las personas que sufren de cáncer mas un acompañante para sus diferentes tramites y atenciones en la ciudad de Quito, con pasaje gratuito para dos personas ida y retorno.
Centinela del Oriente, más que un transporte, es un servicio a la comunidad,
SALUDA en estos 58 años a la provincia de Pastaza , con el compromiso de seguir trabajando por el bienestar de cada uno de sus pasajeros.
Carlos Chavez
Gerente
Especial : Domingo
Domingo 28 octubre 2017
Los Canelos, una herencia legendaria que persiste
Origen
Los Canelos, los primeros Kichwas que tomaron contacto con la Misión Dominicana que tras la conquista española en América, buscaron pueblos remotos y en estado primitivo para adoctrinarlos, en el siglo XV, en el tiempo de la inquisición de la Iglesia Católica /M. Gálvez/.
En el libro: Canelos vive en la historia, publicada por la casa de la Cultura en 2011, del autor Oscar Ledesma, se señala que un pueblo de nombre MAUKALLACTA, vieja tierra, en kichwa, estaba asentada en el valle que forma la desembocadura del rio Maukallaktayuku al caer el rio Bobonaza, allí rodeado de frondosos árboles de canela. Poco a poco, con el paso del tiempo, se traslada hasta el lugar donde hoy se asienta el centro poblado Canelos, bajo la tutela de la Misión Dominicana, que asentó allí la primera Misión en Pastaza.
Los Canelos, según la versión de la propia Iglesia, son el producto de una fusión biológica de varios grupos aborígenes y clanes familiares /Pendays, gayes, shimigayes, muratos, gualingas, inmundas, quijos, canelos, sapáras y hasta jíbaros/, quienes coincidieron en la necesidad de huir de sus sitios de origen para evitar ser adoctrinados por los misioneros y de la leyes generadas por la Corona española para saquear sus riquezas como el oro.
En 1581, bajo el auspicio de los religiosos de Santo Domingo, se hace una primera fundación del lugar, y en 1624, en una segunda intención el P, Sebastián Rosero funda la Misión de canelos, con el objeto de crear un tambo de descanso en las aciagas jornadas con rumbo al Marañon o Amazonas, hacia la Misión de Mainas, Perú.—Brasil.
Con la conquista y la evangelización llegó al sector el kichwa, idioma que en poco tiempo impuso su fuerza e influencia en casi la totalidad de los grupos y familias que para ese entonces tenían sus propias lenguas dialécticas
Una vez sometidos los indígenas de la zona de Canelos, se acrecentaron aún más las diferencias con los grupos nativos del otro lado del río Pastaza, mismos que por historia eran reconocidos como pueblos guerreros, reductores de cabezas humanas, protagonistas de las más insólitas crueldades, indómitos y resistentes a cualquier alianza y contacto con otro grupo, acusándoles a los canelos de haber permitido el contacto con el /blanco/.
Política y administrativamente Canelos en su historia fue identificado como el País de la Canela, luego con la creación de la provincia No.15, de nombre Oriente, en mayo 1861, Canelos se constituye en el segundo cantón de la provincia de Oriente. Posteriormente, en la presidencia del general Eloy Alfaro, en 1897, s econviertye en la región de Oriente, en esa época Canelos seguía como cantón.
Se cree que fueron las enfermedades, las pestes, epidemias, traídos por los españoles, además de los saqueos y enfrentamientos, hizo que se disminuya ostensiblemente su población hasta quedar reducido a una mínima parte de su población original.
El 13 de noviembre de 1911 cuando se publica la creación del RO No.58, del cantón Pastaza, aparece Canelos como parroquia rural del nuevo cantón Pastaza, que comprendían las parroquias de Mera, canelos, Sarayaku y Andoas..
/Espere II Parte, Sus fiestas, sus tradiciones: próximo domingo
Domimgo 22 octubre 2017
La Mujer Woarani: entre lo primitivo, sensualidad, matriarcado y emprendimiento, junto al hombre guerrero. Compartimos varias historias y reportajes.
El color rojo, caracterizado por el achiote, un producto natural que se cultiva en la selva, es el principal maquillaje y símbolo de la mujer y hombre huoarani o waorani. las mujeres mayores lo utilizan mas frecuentes y las jóvenes suelen hacerlo en su comunidades o en fiestas, porque ya en la ciudad van perdiendo esta costumbre. /M.Galvez*
Huao Onquiyenani Mujeres Huaorani
Texto Dayuma Albán
La vida de las mujeres huaorani transcurre entre la tradición y las transformaciones culturales y ambientales. Portadoras de conocimientos y prácticas que han permitido a su pueblo adaptarse durante años a la vida en el bosque, enfrentan ahora la adaptación a los cambios económicos, tecnológicos y sociales producto de la relación con la sociedad mestiza y occidental, asunto que las sitúa a diario en una frontera cambiante.
Dahua habita esta frontera. Mientras camina por las calles de Puyo hacia la oficina de la Organización de la Nacionalidad Huaorani de la Amazonía Ecuatoriana, saluda a la tendera, al panadero, al taxista, que conocen hace varios años a la huao que dejó la selva para vivir en la ciudad, la hija de aquellos “aucas”, guerreros temidos en el pasado. Desde su oficina, decorada con collares de semillas rojas, equipada con una computadora y un teléfono, se sitúa entre el mundo no huao y el mundo huao. Desde allí dialoga con todas las instituciones que tienen interés en el territorio de su pueblo, en sus recursos, en su gente.
Lejos de allí, a las cuatro de la mañana, su prima Nemo se levanta, aviva las brasas que dejó el fuego de la noche anterior, y calienta agua para el penemepe, una bebida hecha con el plátano que ella misma cultivó. La bebida acompañará a la carne del sahíno que su esposo cazó, y al arroz que compró en la tienda. Antes de que el sol golpee con fuerza el manto amazónico, camina hacia uno de sus huertos; va a limpiarlo, a cosechar yuca para cocinar, preparar sopa o chicha. Lleva un machete, botas de caucho, vestido y, colgando de su frente, una canasta hecha con lianas. Al regresar a casa la esperan sus hijos e hijas, y también el mono chorongo, el tucán y el loro. Su casa está cercada por la selva y por un carretero en cuya orilla discurre una tubería oxidada por donde serpentea el petróleo, que almentará una industria, un comercio y una tecnología que no existen en su comunidad
‘Los Huaorani no sexualizan la sensualidad, pues, los placeres del cuerpo no se distinguen de otros afectos y placeres cotidianos como el dormir juntos, compartir el alimento, acariciarse entre ellos, quitarse los piojos, darse masajes y besos en el cuerpo, etc. Es lo que ellos entienden como “bienestar común”.’ ‘(…)Tampoco es determinante la atracción sexual entre hombres y mujeres, pues aquí la bisexualidad, la homosexualidad y la heterosexualidad no están en su imaginario’
El testimonio de Joaquina Grefa, una cautiva quichua entre los huaorani (Ecuador, 1945) María Susana Cipolletti
De las primeras décadas del siglo xx datan informaciones sobre los conflictos de los huaorani con el frente de penetración en la región oriental del Ecuador – trabajadores de las prospecciones geológicas y petroleras, colonos, campesinos. Relatos de pillajes por parte de los huaorani, venganzas por muertes acaecidas en uno y otro bando y los raptos mutuos de individuos son parte de la historia y las leyendas del área.
4En la región bajo consideración, los quichua eran en su mayoría trabajadores de haciendas, que, o bien en incursiones al territorio huao, o bien en represalia de un pillaje, capturaban a huaorani. Se apoderaban preferentemente de niños de uno u otro sexo o de muchachas las cuales, en la mayoría de los casos, terminaban como « trabajadores » en haciendas de la región o, en algún caso, como empleadas de servicio doméstico en Quito. Estos casos se hallan documentados aproximadamente a partir de 1900 (Cabodevilla 1994, pp. 192, 214, 245; Stoll 1982, p. 281). La condición de los huaorani como trabajadores en las haciendas se asemejaba más a la de siervos y esclavos que lo que solemos entender con esa denominación. Con la entrega de varias muchachas huaorani a un patrón de conspicua aparición en las fuentes (Carlos Sevilla), su captor saldó con él una deuda monetaria (Dall’Alba 1992, p. 106), lo que muestra que los huaorani tenían un valor definido. Mientras que a los patrones les interesaba la fuerza de trabajo gratis que aquellos representaban, la orden católica de los josefinos, activa en el área, también mostraba interés – aunque por motivos muy diferentes –, pues esperaban educar a algunos niños para que actuaran de mediadores en contactos futuros (Cabodevilla 1994, p. 243). Los huaorani apresados no sobrevivieron por lo general a las condiciones de vida lejos de su grupo, enfermaron gravemente o cayeron en un estado de apatía y depresión, como dos mujeres presas en un claustro en Quito o, en un acto de desesperación, se suicidaron ingiriendo barbasco (veneno para peces; véase Blomberg 1996, pp. 48 ss., 54 ss.).
5Con el recrudecimiento de los conflictos internos entre los huaorani alrededor de 1950, varias mujeres huyeron hacia el exterior. La fuga más famosa fue la de Dayuma, pues abrió las puertas a la misión del Instituto Lingüístico de Verano (ILV/SIL), luego que la misionera Rachel Saint la liberara de su destino en la hacienda Illa y regresara con ella al grupo huao. El coraje de las mujeres que huían de la situación desesperada que vivían en el seno de su sociedad, se patentiza aún más al considerar que, en opinión de los huaorani, los quichua, los mestizos y los blancos eran caníbales (Rival 1996a, p. 71; Wallis 1996, p. 49)2.
6La toma de cautivos y su incorporación violenta era así común a ambas sociedades. Sin embargo, el fenómeno presenta una diferencia esencial: las mujeres huaorani eran incorporadas al estrato más bajo de la sociedad regional y de los trabajadores de la hacienda – previa violación, que era parte de la incorporación a ese nuevo mundo. Por el contrario, la situación de las cautivas quichua, como veremos en el relato de Joaquina, no parece haberse diferenciado en nada de la de otras mujeres del grupo. Eso sí, los huaorani tomaron las medidas necesarias para que se asemejara a ellos: le quitaron la ropa, le agujerearon los lóbulos de las orejas y, el mismo día en que la raptaron, le dieron una hamaca – en realidad, dos, pues la niña, enfurecida, arrojó la hamaca al río… actitud que no logró irritar a sus captores, que esa misma noche le entregaron otra (Tidmarsh y Grefa 1945, pp. 1, 5). Las informaciones existentes no dan pie a la afirmación de los Robarchek (1998, p. 98) de que la expectativa de vida de las cautivas era breve, pues las mataban luego de unos meses: varias cautivas vivieron muchos años con los huaorani, y por lo menos una antigua cautiva sigue viviendo allí en la actualidad, casada con un viejo guerrero (St. Beckerman, comunicación verbal, enero 2001, foto en Cabodevilla 1994, p. 454).
7El grupo con el que vivió Joaquina estaba compuesto por 32 personas, de las cuales 18 eran mujeres: además de Joaquina, había otras dos mujeres quichua: Margarita y Api (Victoria), la cual había sido raptada de pequeña y huyó luego con Dayuma en 1947 (Cabodevilla 1994, p. 262; Wallis 1996, p. 58)3. Sobre Margarita no hemos encontrado más informaciones.
8Años más tarde, en 1957, vivió en este mismo grupo una muchacha llamada Maruja Huatatoca, raptada cuando tenía 18 años, luego de que asesinaran a su esposo. Su liberación se debió a la influencia ejercida por el Instituto Lingüístico de Verano, cuando dos mujeres huaorani regresaron a su grupo luego de una larga ausencia y convencieron al esposo huao de Maruja de que la liberara (Elliot 1989, pp. 29, 57; véase también Cabodevilla 1994, pp. 315, 335).
9El último caso de cautiverio del que tenemos noticia se halla documentado en el relato de un guerrero huao: en 1964 su grupo atacó a una familia quichua y robó a una niña de unos 5 años, que vivió varios años con ellos y con otro niño raptado anteriormente. También en este caso los dos cautivos fueron liberados bajo la presión de Dayuma (Patzelt 1992, p. 64).
11La alteridad entre ambas sociedades indígenas era muy marcada: los huaorani concebían a todo extraño al grupo como un eventual caníbal e inspiraban a su vez terror a los quichua con sus silenciosos desplazamientos por la selva, sus ataques sorpresivos y su veloz retirada. Entre los quichua empleados por las compañías petroleras circulaba el rumor que no se los podía matar con armas de fuego y que arrojaban ayaallpa (tierra sacada de antiguos entierros) a los trabajadores, para sumirlos en un profundo sueño y poder atacarlos impunemente (Muratorio 1987, pp. 169 s.). Los quichua negaban a los huaorani el don del lenguaje – o sea, la condición de seres humanos –, ya que no reconocían su idioma como habla humana y opinaban que aquellos « sólo producen sonidos » o que « sólo hacían ruidos como animales » (Elliot 1989, p. 33; Blomberg 1996, p. 54). En las últimas décadas las relaciones entre individuos de ambas sociedades han cambiado de signo e incluyen transacciones comerciales y sociales, como compadrazgos y casamientos. Yost (1981b, pp. 700 s.) analiza las relaciones en los años 70, que presentan diferencias también con respecto a las actuales. Si bien los quichua siguen viendo a los huaorani como « salvajes », la opinión de las mujeres quichua es favorable, pues los huaorani son excelentes cazadores, no castigan a las mujeres ni les exigen grandes trabajos. Para suegros potenciales, tener a un yerno o una nuera huao implica el acceso a su territorio y, así, a sus ricos recursos naturales (Rival 1996a, p. 178).
A continuación me referiré a las sociedades protagonistas de esta historia sólo en la medida necesaria para enmarcar el relato de Joaquina. « Auca » es una palabra quichua que significa « salvaje », y se aplicó desde la época colonial hasta la actualidad a distintos grupos étnicos en diferentes regiones. En el Ecuador los huaorani recibieron esta denominación hasta hace unos diez años, cuando, en parte a su instancia, se suplantó por el etnónimo propio: huao, « persona » (singular), huaorani (plural).
13La bibliografía sobre esta etnia consiste sobre todo en relatos de viajes de aventura y expediciones, inspiradas por esta sociedad elusiva, guerrera y que en opinión de los extraños vivía aún en « la edad de piedra ». Los trabajos antropológicos son aún escasos y pueden reducirse a tres autores: James Yost (1981a, 1981b, 1994), Laura Rival (1993, 1996a, 1996b, 1998, 1999) y Miguel Ángel Cabodevilla (1994). Más que realizar un análisis etnográfico, Cabodevilla ubica la historia huao en un contexto nacional y señala las intrincadas relaciones e influencias entre ambas, utilizando un vasto número de fuentes, que incluyen documentos de archivos regionales y grabaciones magnetofónicas de miembros de la orden capuchina.
14La proveniencia geográfica y la filiación cultural de los huaorani son poco claras. Recién a partir de principios del siglo xx, con las incipientes incursiones en su territorio, se tomó conocimiento de su existencia. Aunque éste no es el lugar para una discusión extensa de la filiación huao, hay que señalar que diferentes autores los identifican como descendientes de los (hoy desaparecidos) abijira o auishiri, basándose en el hecho de que habitaban el mismo territorio. A partir de esta premisa, atribuyen a los huaorani los rasgos culturales auishiri que apuntó Tessmann (1930, pp. 475-486), sin tener en cuenta que el vocabulario auishiri que trae este autor es claramente no huao. En cambio, sí lo es el vocabulario procedente de un grupo al que denomina « Sabela » (Tessmann 1930, pp. 298-302); denominación que, sin embargo, no había logrado aclarar el panorama, ya que no era posible relacionarla con ninguna sociedad de la región. Su origen ha sido explicado por Cabodevilla (1994, p. 258), basándose en la obra del viajero Loch: Sabela proviene de « Isabel », un nombre dado a una mujer huao que alrededor de 1910 tuvo contactos con los empleados de una hacienda de la región, quienes utilizaron este nombre para denominar a todo el grupo.
15La desaparición de los auishiri, que en el pasado habitaban parte del territorio actual huao, puede atribuirse a que fueron en parte aniquilados por los huaorani y formaron una de las corrientes que confluyeron en la etnogénesis de la actual etnia quichua de las tierras bajas. Otros hechos apuntalan asimismo la no-identidad auishiri/huaorani4.
Si bien el relato de Joaquina pertenece al género autobiográfico, no se trata de una historia de vida en el sentido estricto del término, ya que ella no pudo elegir sus temas. La niña no cuenta espontáneamente sino guiada por las preguntas concretas de Tidmarsh. Algunas de sus observaciones parecen sin embargo inspiradas en una comparación de rasgos contrarios a los existentes en las sociedades quichua, como sus informaciones acerca de que los huaorani no castigan a las mujeres, no usan el alucinógeno floripondio (Datura/Brugmansia sp.), no mastican la yuca para hacer chicha, no comen separados por sexos y que las mujeres se acuestan en una hamaca para el parto, en vez de dar a luz fuera de la vivienda (Tidmarsh y Grefa 1945, p. 6; véase Rival 1998, p. 623). Es posible suponer lo que no mencionó a un extranjero adulto, misionero además: el hecho que los huaorani quisieron casarla recién un año más tarde se debió probablemente a que esperaron a que tuviera su primera menstruación.
27La confiabilidad de las informaciones de Joaquina se ve reforzada por la presencia de dos cautivas quichua, que seguramente sirvieron de intermediarias en el conocimiento del mundo huao. La vida diaria transcurría armónicamente, no existían peleas entre los hombres, quienes tampoco pegaban a las mujeres. Su afirmación del buen trato recibido por parte de sus captores es tanto más confiable cuanto que no estaba dictada por la simpatía. Joaquina los odiaba, por lo cual no les indica que se debe cocinar el arroz, que habían obtenido en un pillaje, y se abstiene de intervenir cuando lo comen crudo. Su observación de la convivencia armónica de los huaorani no cuadra evidentemente con las opiniones y expectativas de los quichua, que le proporcionaron a Blomberg (1996, p. 31) como proveniente de Joaquina una versión lúgubre de la vida cotidiana, según la cual las mujeres viven en un miedo constante a los hombres.
28La composición del grupo con el cual vivió, su aprovechamiento del medio ambiente y su relación con el mundo exterior y las influencias surgidas por el contacto son algunos de los temas que se hallan en su relato.
29La gente del grupo al que fue incorporada Joaquina eran llamados los gikitairi (véase Robarchek y Robarchek 1998, p. 98) y constaba de 34 personas, 11 hombres y 16 mujeres (sin contar a Joaquina, dos de las cuales eran cautivas quichua) y 6 niños. Este grupo residencial mantenía únicamente contacto con un grupo aliado que habitaba una vivienda situada a varias horas de marcha. Según Rival, los grupos residenciales obtienen un grado óptimo de endogamia y estabilidad autárquica a través de la hostilidad hacia los demás, que son enemigos. Cuando se da una falta de esposas, desacuerdos y divisiones internas, estos grupos se realinean en acuerdos con los anteriores enemigos, lo cual acarrea violencia y destrucción, que puede conducir a la desaparición de grupos enteros (Rival 1993, p. 367).
30Dos informaciones del relato muestran que estos años estaban caracterizados por la paz interna y la guerra externa: los habitantes de la vivienda no apostaban centinelas y dormían tranquilos hasta el amanecer. En épocas de guerra interna, por el contrario, los huaorani levantaban barricadas alrededor de las casas, borraban sus huellas y apostaban centinelas (Yost 1981a, p. 111). Si un huao gritaba en broma que se acercaban los kowori (no-huaorani), la gente corría a esconderse en la selva – lo que revela al mismo tiempo el temor que estos inspiraban y también una de las formas del humor huao…….
La mujer Woarani siempre fue y ha sido luchadora defensora de su selva y territorio y ha luchado junto al hombre, es la primera etnia amazónica ancestral donde el matriarcado se ha impuesto, los hombres han sido guerreros obedientes de sus mujeres, han compartido sus camas-hamacas hasta 6 mujeres, incluso hermanas, en armonía y sin peleas, el primer ejemplo fue de Dayuma ya fallecida. Y las mujeres huaoranis, una vez en el contacto continental se ha organizado con sus emprendimientos y se han fortalecido con la Asociación de Mujeres Waoranis, de la Amazonia Ecuatoriana AMWAE, CREADO EN 2005.
/En el año en que se firmó el nuevo acuerdo global por el clima, indígenas de Ecuador, Brasil y Perú pactan por la biodiversidad. Grupos huaoranis ya no cazan. En su lugar, desde 2010 cuidan y protegen los árboles de cacao.
Tres etnias indígenas han tomado medidas para preservar la biodiversidad del planeta. Cada mañana, la comunidad huaorani de Gareno, a 70 km de Tena, canta en huao terero –su lengua materna– para obtener la fuerza que les permita cuidar a los árboles de cacao que son el sustento de sus familias y la razón por la cual dejaron la cacería e hicieron en 2010 un pacto por la conservación.
Ante la cantidad de carne de animales silvestres que salía al mercado, la Asociación de Mujeres Waorani de la Amazonía Ecuatoriana (Amwae) creó un proyecto de entrega de plantas de cacao a mujeres indígenas y, a cambio, los hombres debían dejar la cacería.
En Brasil, donde está la mayor cantidad de selva de los 6,1 millones de kilómetros cuadrados que hay en la región, los paumaris que viven en la cuenca del río Tapaua, también apuestan por el manejo sustentable de su principal fuente de ingresos: el pirarucu, un enorme pez de río cuya pesca estaba prohibida. Tras siete años de trabajo con la ONG Operación Amazonía Nativa, los paumaris recuperaron la población de pirarucu, que estaba diezmada, y consiguieron que la pesca sea legal y sustentable./eluniverso.
viernes 20 octubre 2017
Una de cada 10 mujeres en el país fue víctima de abuso sexual en su infancia o adolescencia
(El comercio) Ecuador lanzó la campaña Ahora que lo ves, di no más en contra del abuso sexual infantil.
Agencia EFE «Una de cada diez mujeres en Ecuador fue víctima de abuso sexual cuando era niña o adolescente». Es una de las cifras, apenas «la punta del iceberg», con las que Unicef lanza una campaña contra este tipo de violencia en el país, donde algo más de la mitad de los 16,5 millones de habitantes son mujeres.
«Aunque tenemos esa cifra de uno de cada diez, creemos, y no solamente en Ecuador, que la dimensión del problema va mucho más allá que ese porcentaje», dijo a EFE el representante de Unicef en Ecuador, el sudafricano Grant Leaity, al comentar que una de cada cuatro víctimas en el país «nunca» lo denunció. Aseguró que las víctimas callaron por temor a las consecuencias, por vergüenza, por impotencia o por miedo a las amenazas.
Basándose en datos oficiales, Leaity indicó que el 65% de los casos de abuso sexual los cometieron «familiares y personas cercanas a las víctimas» y que, de los familiares que abusaron, «casi el 40 % abusó varias veces de la misma víctima y el 14 % lo hizo de manera sistemática». «Los datos son alarmantes, pero son apenas la punta del iceberg», dijo al asegurar que también hay menores varones que han sido víctimas, pero no se conocen las cifras.
El representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia añadió que a una de cada tres víctimas de abuso sexual «nunca le creyeron» y que del total de casos de abuso sexual, sólo el 15 % fue denunciado, «y sólo el 5,3 % sancionado». Son algunas de las cifras que Unicef quiere exponer por medio de la campaña «Ahora que lo ves, di no más», que presentó ( junio de 2017) y con la que no sólo pretenden alertar sobre la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, sino formular un llamamiento para toda la sociedad a que también combata ese tipo de violencia.
«Esto no se resuelve por solamente una instancia. Es un problema muy complicado y requiere corresponsabilidad de los padres de familia, de las autoridades locales y nacionales», indicó al comentar que se trata de un fenómeno que no sólo afecta a Ecuador sino que ocurre en el mundo en diferentes niveles. Por ello, Unicef desarrolla programas contra la violencia infantil en 70 países pues «prácticamente no existe una región donde esto no se presente como un problema, una preocupación», comentó. «Si bien en Ecuador, ha habido grandes avances en los ámbitos de salud y educación, consideramos que el tema de la violencia contra la niñez y abuso sexual, en particular, es todavía un pendiente», señaló al recalcar que la situación «es grave» y «topa todo nivel de la sociedad».
Con apoyo de cantantes locales como Daniel Betancourth, Karla Kanora, Mirella Cesa e Israel Brito y figuras de la televisión, Unicef quiere llegar a la población con mensajes a través de medios de comunicación y redes sociales para recalcar también en la importancia de no callar ante la violencia.
Unicef, que pretende mantener la campaña hasta fines de este año 2017, también trabaja con instancias estatales para erradicar la violencia sexual y en la capacitación de jueces en temas de violencia de género. La organización de la ONU desarrollará, además, talleres para expandir el mensaje de lucha contra el abuso sexual infantil, cuyas consecuencias, «sobre todo las mentales, son normalmente para el resto de la vida», indicó Leaity.
«Las personas (abusadas) tienen vergüenza, no tienen muy buena autoestima, tienen desconfianza a veces de su familia, de las autoridades y de la sociedad en manera general», dijo al considerar que es «entendible» que se trata de un tema «delicado» cuando la mayor parte de hechos ocurren en el seno familiar. Junto con la organización no gubernamental ecuatoriana Ecuador Dice No Más, buscan también hacer un llamamiento a las víctimas y a los testigos para que no callen. «El silencio, finalmente es la complicidad, es aceptar que ese es un fenómeno que es así. Lo que hay que hacer es romper este silencio», dijo al reiterar que por eso piden a la sociedad que diga «¡No Más!».
sabado 14 octubre 2017
Parroquia Montalvo, se apresta a celebrar 106 años de parroquialización, siendo la parroquia más extensa del cantón Pastaza de acceso aéreo en la zona rural, con 5 de las 7 nacionalidades que tiene toda Pastaza, ademas de mestizos. Aquí conviven, militares, mestizos e indígenas de las nacionalidades: Andwa-Pukayaku, shiwiar, achuar, kichwa,y sápara. Los actos se desarrollarán del 17 al 19 de noviembre 2017.
Historia, I parte
En sus inicios este sector estuvo poblado por gente indígena, proveniente del río Marañón, hoy Perú; se rompió la paz de la vida cotidiana con la llegada de los primeros exploradores del caucho, quienes pasaban unos pocos días luego retornaban a sus lugares de origen con la preciada carga del caucho y especies frutales, como la canela.
La denominación de Montalvo, se remonta a los fines del siglo XIX, en la época del caucho, en el cual la zona estuvo habitada por lo saparas y los andwas, al tiempo de la conquista española.
Al comienzo se le denominó Juanjiris, ya que de esta forma pronunciaban los indígenas el nombre de un cauchero y comerciante español de nombre Juan Jerez, quien tomó parte en la formación de este pueblo.
Dentro del aspecto político-administrativo la parroquia Montalvo sucedió a la antigua parroquia Andwa, caída en manos de los peruanos en 1941.
Antecedente de la población de la parroquia Montalvo
Se conoce de manera inmutable por la tradición general de las personas indígenas kichwas, que por tradición oral repetida, que esta zona siempre fue habitada por los nativos provenientes del Alto Marañón /Perú/.
Es así que estos nativos del alto Marañón, subían surcando el río Marañón aguas arriba, ingresaban al río Pastaza y hasta el río Bobonaza, en pequeñas embarcaciones , hasta llegar a las cabeceras de este afluente que se denomino canelos.
Estas travesías les llevaba hasta 30 días de viaje continuo,; se conoce que en el intercambio comercial llevaban del sector canela, balata, shirika y estos a la vez conseguían la sal y telas para vestir.
En 1897 andaban ya comerciantes como juan jerez, los indígenas por no poder pronunciar lo bautizaron con Juan jiris. La población de Juan jiris creció rápidamente con gente indígena proveniente del Alto Marañón.
En uno de estos viajes hacia Quito los caucheros trajeron la enfermedad del sarampión de la cual se contagiaron todos y como se trtaba de una enfermedad desconocida perecieron niños, jóvenes y adultos, cuentan que sobrevivieron un 20 por ciento de la población, como es de suponer estas personas no disponían de los anticuerpos necesarios para defenderse de este tipo de epidemia. Esto motivó a los sobrevivientes a abandonar el lugar para ir a vivir más arriba, en lo que hoy se asienta la cabecera parroquial de Montalvo /Tomado del libro: Nuestra Tierra No. 4 publicado en 2013 por la CCE-NP./ Espere la II y III parte
Daly Montoya: VAMOS A TOMARNOS LA PLAZA GRANDE, NOS CRUCIFICAREMOS Y ENTREGAREMOS HASTA NUESTRA SANGRE SI ES POSIBLE, PERO VAMOS A PERMANECER ALLÍ CON LOS 300 CAMPESINOS HASTA QUE DESALOJEN LA EX HACIENDATE ZULAY
El presidente de Agrícola Thehouse, concesionaria, que aduce ser la propietaria de la ex Hacienda Te Zulay, ubicada en los predios de Shell, cantón Mera, Dayli Montoya, advirtió que el próximo lunes 25 de septiembre 2017 viajaran a Quito hasta la Plaza Grande para tomarse el lugar hasta que el Presidente de la República de oidos a su demanda y la sentencia que esta ejecutoriada para el desalojo de los indígenas liderados por el kichwa Antonio Vargas, quienes han ingresado al sector de manera ilegal, como invasores y deben desocupar en las próximas horas, ya que la empresa Thehouse es la única propietaria legitima que pago al estado por esos predios que abarcar más de 1200 hectáreas junto a 300 campesinos que sí pagaron esos predios, donde están asentadas mas de 300 familias indígenas que han construida sus chozas, sostuvo.
Con papeles en mano, presentó copia del registro de la Superintendencia de Compañías, donde consta Thehouse como la única propietaria del predio junto a su representante socia Dierikon.
Dijo que de acuerdo al dictamen del Vargas tendrá que pagar un monto de más de 300 mil Usd por incumplimiento de pago a la empresa
LA EX Hacienda Te Zulay, una novela que aún no tiene fin, I Parte
A mediados de 2007 se estableció que la empresa Dierikon S. A. era la última propietaria de la hacienda Zulay, ubicada en Pastaza, por lo que debía asumir el pago de un crédito que, en ese entonces, sumaba alrededor de 1,5 millones de dólares. Esto porque Filanbanco, uno de los anteriores propietarios, no había cumplido con la cancelación del préstamo estatal. En tales circunstancias, el fideicomiso AGD No Más Impunidad, establecido para recuperar dinero público y de los depositantes comprometido durante la crisis bancaria, inició la expropiación del terreno un año más tarde. Pero el litigio aún no ha sido resuelto.
Entre tanto, en el predio de más de 1.200 hectáreas, estarían asentadas más de 5.000 personas, quienes integrarían 12 organizaciones de diversa índole. Todos aducen ser de escasos recursos y afirman ser los dueños de sus lotes. Quienes ocupan las tierras han construido covachas de madera con techos de zinc y han parcelado los lotes para el cultivo de yuca, maíz y otros productos que les sirven para su alimentación diaria.
También, mediante mingas, han abierto senderos para acceder al interior de la hacienda. Mientras, tres depositarios judiciales fueron posesionados a partir de 2008, con el encargo de que custodiaran los predios, la maquinaria y el equipo de que disponía la fábrica de té. El último de ellos, Jorge Villena, dijo en 2012, que gran parte de la maquinaria había sido sustraída, pero no cuantificó el perjuicio económico. Adujo que todo se debía a la gran extensión del terreno y a la carencia de seguridad.
Un dirigente indígena, dijo representar a la Corporación de Arte y Cultura Amazónica Callary Causay, cuyos más de 400 integrantes viven en el lugar, planteó la urgencia de unir a las agrupaciones en una sola organización provincial. Esta entidad tendrá la responsabilidad de unificar el trabajo para la elaboración de una propuesta destinada a crear planes de trabajo y a pedir al Gobierno que les dé la oportunidad de quedarse en el predio. Así mismo, José Zambrano, uno de los invasores, dijo que había laborado en Zulay por más de 15 años y que no recibió liquidación alguna tras su cierre, por lo que reclamó sus derechos mediante la ocupación de un terreno en la hacienda.
A pesar de estas posturas, la Gobernación de Pastaza y sus autoridades aun no han ´podio solucionar este problema que se ha tornado un drama socio humano; en su momento la ex gobernadora de Pastaza, Denise Coka, y el jefe político del cantón del mismo nombre, Jorge Paredes, mantuvieron, varias reuniones con representación de los ocupantes. En la cita les dieron a conocer que no se permitirán asentamientos ilegales y les sugirieron que de forma voluntaria abandonen el sitio. Además, les anunciaron que solo aguardan una resolución de las instancias judiciales para proceder al desalojo inmediato. www.eltelegrafo.com.ec
Domingo, 20 agosto 2017
La majestuosidad del selva y la interrelación de las culturas vivas de Pastaza, desde las comunidades kichwa /*reportaje*/
/Lic.Marcelo Galvez/ Director
Desde el momento mismo de embarcarse en la aeronave, una avioneta de tres pasajeros de la empresa local AeroKashurko, ya existe un misterio de adentrarse a la siempre misteriosa y majestuosa selva amazónica, un paraje verde que se extiende desde los 5 minutos de vuelo desde el aeropuerto de Shell, Pastaza. El sonido del monomotor despeja el silencio, y la selva va rompiendo el crecimiento de la civilización, en medio de casitas que se asemejan a un panal de abejas en crecimiento.
Nuestro destino: Chuvacocha, comunidad kichwa del cantón Pastaza. A cinco minutos de vuelo ya empiezan aparecer los ríos en el verde espacio como son el río Puyo, Pastaza y Bobonoza, mismo que es de aspecto marrón pero en la zona de Teresa Mama, este se torna gris.
La aeronave piloteada por el capitán Homero Alvarez Jr. hace una guarawa para poder aterrizar en la pequeña pista de 400 metros de largo en la comunidad Teresa Mama: el celaje se cubrió de un manto blanco impidiendo la visibilidad para el aterrizaje. El piloto dice que es mejor aterrizar en las primeras horas de la mañana por la constante presencia de vientos en la zona. Como en todas las comunidades indígenas de la selva amazónica, la presencia de una avioneta rompe el silencio y la armonía del hombre y su modus viventi; los niños se aglomeran en la pequeña pista para dar la bienvenida a la avioneta y a su tripulación… la amabilidad de la gente nativa es notoria, sobre todo los kichwas, que expresan su gratitud, en este caso a la autoridad municipal, por la entrega de la obra de agua. La fiesta puede durar hasta una semana, por este tipo de motivos.
La mujeres jóvenes que valoran su cultura quieren verse atractivas y días antes del evento consiguen su maquillaje natural con el witu, quieren estar guapas y robustas para recibir a los visitantes, o ahuallactas, término que utilizan para referirse a las personas de la ciudad.
La gratitud es grande, porque para ellos han tenido que esperar hasta 100 años por el agua, el agua es un medio trascendental para transportar la vida, ya que únicamente cogían agua del río con los peligros que este acarrea, por ello preparan la chicha, los adultos y jóvenes se internan en la selva para cazar la mejor presa y otros van de pesca para tener el alimento para los visitantes.
Las mukawas o tinajas, recipientes grandes de barro, están listas con el masato de yuca, que al mezclar con el agua se transforma en la chicha, que en su mayoría es masticada por las mujeres jóvenes. Hay diferentes estados de la chicha; la chicha suave o tierna, apto para la sed; , el yamanchi o chicha concentrada, el uku yaku, sumo de la yuca o el vinillo, además del concho, la reserva de chicha que brindar al día siguiente. Se pueden prepara hasta 20 tinajas de masato de chicha, según el número de comuneros.
Todo es fiestas: los varayos / líderes indígenas/ concentran a la multitud en el centro de la comunidad de Chuvacocha, ubicada al otro lado del río Bobonza, frente a la pista de Teresa Mama, que hay que cruza en canoa.
Allí cada uno de los dirigentes de las comunidades invitadas y colindantes de la zona como Teresa Mama, Molino, Boveras, Playas, Inshpingo, exponen sus necesidades a las autoridades, el presidente del gobierno parroquial de Montalvo, Franklin Freire y del director del departamento de Desarrollo Rural Sustentable y nacionalidades del GADM de Pastaza, Wilfrido Aragón, delegado del alcalde Roberto De la Torre.
Aragón sostiene que el Municipio ha priorizada ejecutar sistemas de agua en cada una de las comunidades como prioridad y luego de ello se ira complementando el saneamiento ambiental con la construcción de baterías sanitarias.
Sistema de agua
En Chuva Cocha se construyó el primer sistema de agua segura en la zona norte de la parroquia Montalvo, que involucra a las comunidades de este sector, beneficiando a 16 familias e igual numero de viviendas.
Esto fue posible gracias a un convenio entre el GADM de Pastaza que entrego los fondos de los destinadas a cada gad parroquial por un monto de 100 mil dolares, de los cuales 63 mil se destinó a este sistema de agua.
Esta obra, bajo la coordinación del departamento de desarrollo sustentable y nacionalidades del Gad Municipal de Pastaza, dirigida por Wilfrido Aragón: un mestizo kichwa de Kuraray, que camina todos los días recorriendo las diversas comunidades distantes del cantón Pastaza, el más extenso del Ecuador, para conocer sus necesidades y trasladar proyectos de obras al alcalde del cantón Roberto de La Torre, y así se ha ido fortaleciendo la zona rural del sector fronterizo e interior selvático con pequeñas obras como estas de ínfima cuantía pero de mucho valor para los indígenas.
Y la gente de las comunidades convive son su selva y con la fuente del río, donde hace producir su aislamiento con las siembra de yuca y plátanos, así como la pesca en el río Bobonaza y sus quebradas, pero además de la cacería en de manera racional