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El allanamiento a la Casa de la Cultura, explicado Según una orden judicial “el material bélico” estaría en las bodegas y subterráneos del edificio.

Según una orden judicial “el material bélico” estaría en las bodegas y subterráneos del edificio.

La Fiscalía General del Estado allanó la Casa de la Cultura, en Quito, la mañana del 19 de junio de 2022 en una diligencia investigativa por presuntos delitos contra la administración pública, rebelión y atentados.

La Casa de la Cultura dijo en su cuenta de Twitter que la Fiscalía tenía una orden de “allanamiento, descerrajamiento, quebramiento de las puertas o cerraduras, aprehensión de personas e incautación de indicios que se pudieran encontrar en las instalaciones”.

El presidente de esta institución, Fernando Cerón, también publicó en su cuenta de Twitter una providencia del juez que autorizó el allanamiento. En ella, dice que los involucrados serían “un grupo de personas entre venezolanos y ecuatorianos”.

Según el mismo documento judicial, las personas estarían almacenando “material bélico, como explosivos y armas artesanales, que serán utilizados en las manifestaciones de los próximos días, para retener a los policías y militares, para ingresar a la Presidencia de la República”.

A las 11:30 de la mañana, un grupo de personas esperaba delante de las rejas negras que cercan el gran complejo, sobre la avenida 6 de Diciembre. Muchos de ellos trabajan en la Casa de la Cultura: dan clases, talleres continuos, en la cafetería, las áreas de cine, entre otras.

Dicen que como no los han llamado, tienen miedo que les rompan los candados de sus espacios de trabajo, por eso llegaron ahí para abrirlos voluntariamente. Cerca de las 12 del día un grupo de estas personas entró para abrir las puertas de sus oficinas y que los policías puedan entrar.

Cada 20 minutos, policías montados en caballos rondan las inmediaciones de la Casa de la Cultura. Otro grupo camina en el estacionamiento que está al otro lado de la reja, al otro lado del sitio donde los trabajadores y ocupantes de espacios observan.

allanamiento de la Casa de la Cultura

Durante el allanamiento de la Casa de la Cultura, ciudadanos observan desde la vereda el ingreso y salida de policías. Fotografía de Diego Lucero para GK.

El ágora de la Casa de la Cultura fue un escenario clave del paro nacional de 2019 en Ecuador. Ubicada a la entrada del centro de Quito, entre las avenidas 6 de Diciembre y Patria, cerca del parque de El Arbolito, donde se concentraban los manifestantes, sirvió de base para miles de militantes de organizaciones indígenas que protestaban contra el gobierno de Lenín Moreno.

Desde allí, dirigentes indígenas, lideraron las manifestaciones e instalaron asambleas populares con los miles de personas de diferentes nacionalidades indígenas que llegaron de provincias de la Sierra y Amazonía.

En ese espacio, hubo momentos de tensión, sobre todo cuando dos dirigentes, Jaime Vargas —entonces presidente de la Conaie— y Leonidas Iza —entonces presidente del Movimiento Indígena y Campesino (MICC), ahora presidente la Conaie— dieron la orden de que no dejaran salir a los periodistas que estaban cubriendo dentro de la Casa de la Cultura. También hubo policías retenidos contra su voluntad dentro del lugar.

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