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La misteriosa luz sobre la laguna Osohuayco: un avistamiento ovni sin explicación

Montañista Jandry Mejía vive un avistamiento inexplicable en Ecuado

El montañista Jandry Mejía fue testigo de un fenómeno inexplicable. Una luz gigantesca apareció sobre la laguna Osohuayco, la segunda más grande del Parque Nacional Cajas, en la provincia de Azuay, mientras acampaba junto a su amigo Israel.

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En julio de 2021, Jandry y su compañero pasaron la noche alrededor de esta laguna, a la que se accede mediante un sendero que parte desde el sector de Virgen Machay, en el kilómetro 31 de la vía Cuenca-Molleturo.

Jandry Mejía es montañista.Cortesía

El propósito de su excursión fue despejar sus dudas sobre la existencia de seres extraterrestres, ya que, durante sus viajes a algunos de los volcanes más altos de Ecuador, como el Chimborazo y el Cotopaxi, había observado luces en el cielo realizando movimientos inusuales

Este fenómeno despertó su curiosidad sobre los objetos voladores no identificados, lo que lo motivó a llegar hasta Osohuayco. Eligieron este lugar debido a su aislamiento, a unos 4.000 metros sobre el nivel del mar, rodeado por imponentes montañas y alejado de los poblados.

“Ya había escuchado muchas historias sobre avistamientos en esa laguna y por eso decidí acampar allí. Quería despejar mis dudas sobre la existencia de seres de otros planetas, y terminé viendo algo extraño, algo que nunca había visto”, aseguró.

Tras caer la noche, Jandry y su amigo se metieron en la carpa para resguardarse del frío, ya que la temperatura comenzó a descender rápidamente hasta alcanzar los 4 grados centígrados. Hasta ese momento, su única preocupación era mantenerse abrigados.

La luz gigantesca que iluminó la laguna Osohuayco a la 1 a.m.

Sin embargo, alrededor de la una de la madrugada, el miedo los invadió. Mientras se encontraban en su tienda de campaña, el lugar se iluminó de repente, como si se hubiera encendido una luz gigantesca, que parecía tener casi las mismas dimensiones de la laguna Osohuayco, que abarca 65,86 hectáreas.

“Todo quedó en silencio, desapareció el sonido del viento y todo se iluminó. La luz era tan intensa que atravesaba las paredes de la carpa y nos impedía abrir los ojos… Nos quedamos callados, mirándonos, sin poder hacer nada, paralizados por el miedo”, relató Jandry. (Diario Extra)

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