Orellana: “Mi hija fue asesinada y presuntamente violada”, indica el padre de la subteniente encontrada muerta en el fuerte militar Napo
“Mi hija fue asesinada y presuntamente violada”: Aidita Ati, la subteniente de 25 años que murió dentro de un cuartel militar en Ecuador

4 horas BBC-MUNDO
El padre de la subteniente Aidita Ati, de 25 años nacida en Quito, recibió la noticia el sábado 29 de junio a las 9 de la mañana. Su hija había sido encontrada sin vida en su dormitorio del Fuerte Militar Napo, una base en el Oriente ecuatoriano donde ella trabajaba.
El padre de Ati llegó a la base y el comandante le indicó que la noche anterior se había celebrado una fiesta no autorizada en el lugar. Ati había sido llevada a su habitación y amaneció muerta, según el relato.
“Se había ahogado por el licor”, le dijeron al padre, según declaró a medios locales.
Esa fue la primera versión oficial por parte del Ejército Ecuatoriano, que aludía a que Ati había fallecido por asfixia producida por una obstrucción de la vía aérea mientras dormía.
Sin embargo, las investigaciones posteriores mostraron que esta muerte no había sido accidental.
La autopsia reveló que la verdadera causa había sido asfixia por estrangulamiento. Fue entonces que la Fiscalía anunció el inicio de la investigación del caso bajo el Protocolo para feminicidios y otras muertes violentas de mujeres.

Según la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo (ALDEA), en Ecuador el número de víctimas por femicidios en 2024 sumaba 108 hasta mayo. En muchos de estos casos, las víctimas ya habían reportado antecedentes de violencia o habían solicitado boletas de auxilio para protegerse del posible agresor.
El domingo 30 de junio, las Fuerzas Armadas anunciaron que se había detenido a 18 personas por un lapso de 8 horas en relación con el caso de Ati.
Ese mismo día, la Fiscalía anunció que se instaló una audiencia para formular cargos contra cuatro militares por su presunta participación en el femicidio de Ati y procesarlos como autores y coautores del delito.
Pese al pedido de prisión preventiva para los cuatro implicados por parte de Fiscalía, la jueza encargada del caso dictó medidas alternativas.
La Fiscalía informó que la instrucción fiscal durará 30 días.

Ati fue velada la mañana del lunes en Quito, junto a sus familiares y amigos, y fue enterrada con honores militares.
En medio de la despedida, la familia pidió justicia y exigió que se esclarezca la verdad en este caso. Su padre, Luis Ati, dijo a la prensa que su hija «fue ultrajada, fue asesinada y presuntamente violada».
«¿Quiénes nos están defendiendo, si ellos están matando a nuestras hijas?», reclamó su padre.
Este no es el primer caso de investigación por femicidio al interior de una institución pública en Ecuador.
En 2023, un exteniente de policía, Germán Cáceres, fue condenado por el asesinato de su esposa, la abogada María Belén Bernal, quien desapareció después de ingresar a la Escuela Superior de Policía, en el centro norte de Quito, para encontrarse con su esposo.
(Primicias.com) Según información policial, la subteniente Aidita Ati fue asesinada en el Fuerte Militar Napo. Cuatro oficiales estuvieron en su habitación la noche del crimen, según el parte policial.
Los detalles estremecen. Aidita Pamela Ati Gavilanes, subteniente del Ejército, fue asesinada en su habitación, en el Fuente Militar Napo, la noche del 28 de junio de 2024. Aidita Ati se había graduado de oficial hace dos años y su asignación a la Brigada de Selva Napo, era su segundo experiencia profesional. Como subteniente de Intendencia estaba a cargo el control del suministro de materiales para la unidad militar. La Fiscalía procesó a cuatro oficiales del Ejército por presunto femicidio. Sin embargo, la jueza a cargo del caso decidió dejar que los uniformados se defiendan en libertad y desechó el pedido de prisión preventiva hecho por la Fiscalía.
Paola Montoya, abogada de la familia de Ati Gavilanes, ya presentó una apelación a esa decisión. La defensora no entiende el porqué de esa decisión, teniendo en cuenta los detalles que ya se conocen del crimen. «Lo de mi hija no fue una muerte natural», dice padre de la subteniente Aidita Ati, hallada muerta en un cuartel La fiesta sin permiso Gran parte de los elementos constan en un documento policial, que la Fiscalía utilizó para formular cargos en contra de los cuatro oficiales. PRIMICIAS tuvo acceso a este parte. Todo comienza la tarde del 28 de junio de 2024. Dos militares que laboraban en ese cuartel, habían presentado la baja voluntaria de la institución y sus compañeros decidieron organizarles una fiesta de despedida. Esta reunión no fue autorizada por la Comandancia del Frente.
Según el documento policial, entre las 17:00 y las 18:00 de ese viernes, la subteniente Ati Gavilanes estaba bajo los efectos del alcohol y fue «retirada de la reunión social» por parte de cuatro oficiales del Ejército: Mayor Xavier Alejandro Pinoargote Vázquez Mayor Freddy Santiago Quintanilla Ayala Teniente John Jairo Mena Mendoza Subteniente Ángel Eduardo Jiménez Orozco Estos cuatro oficiales movilizaron a la subteniente Ati en un vehículo particular, tipo SUV, que pertenece a Pinoargote Vázquez.
La llevaron a la villa de oficiales y -entre todos- habrían conducido a la víctima hacia su habitación. Los mismos militares, ahora procesados por presunto femicidio, aceptaron en sus versiones tomadas por la Fiscalía que los cuatro estuvieron en la habitación de Ati Gavilanes la noche del femicidio. «La habían recostado en la cama quitándole el calzado, el cinturón y desabrochando el botón del pantalón para que estuviera más cómoda». Versiones de los cuatro oficiales, según el parte policial En sus versiones, además, los militares habrían asegurado que luego de dejar acostada a la mujer, todos salieron de la habitación.
A la mañana siguiente, el sábado 29 de junio de 2024 a las 06:40, otra militar habría ido a buscar a la subteniente Aidita Ati a su habitación y la encontró muerta. La falsa versión y la autopsia Según la abogada Montoya, el Comandante del Frente Militar Napo llamó al padre de la víctima y le dio la noticia de que la Subteniente había muerto mientras dormía, ya que -producto del consumo de alcohol- se había ahogado en su propio vómito. Sin embargo, esa versión sería falsa. O, al menos, así lo señalan las primeras diligencias investigativas del caso.
Tras hallar a Aidita Ati muerta, las autoridades militares dieron aviso a la Policía Nacional y a la Fiscalía. Los agentes ingresaron a la habitación de la víctima y, antes de levantar el cadáver, encontraron junto al mismo un botón negro, que había sido desprendido de su pantalón militar. El levantamiento del cadáver se hizo de inmediato y fue llevado al Centro Forense de Sucumbíos, en Lago Agrio. La tarde del sábado 29 de junio se realizó la autopsia médico-legal. La primera conclusión de esa diligencia es que la causa del deceso de Ati Gavilanes fue una muerte violenta, causada por una «asfixia mecánica por politraumatismo». Además, la autopsia determinó que el cadáver de Aidita Ati evidenciaba huellas de violencia, como hematomas en la cabeza, cara, cuello, tórax, miembros superiores y miembros inferiores.
El informe recogido por el personal de la Dinased, también reporta que en la autopsia se hallaron hematomas en los genitales, además de «un líquido de color blanquecino». Debido a todos estos detalles, Montoya considera que es imperante que se revise la decisión inicial de la jueza y se dicte prisión preventiva en contra de los cuatro oficiales. Inicialmente, estos argumentaron que su arresto no era necesario, ya que son militares en servicio activo y tienen arraigos personales, familiares y laborales que garantizan que no se escaparán. Además, la familia de Ati Gavilanes solicitó la extracción de la información de los teléfonos celulares de los cuatro militares involucrados, que fueron decomisados el sábado 29 de junio de 2024 por parte de la Policía, junto a otras pertenencias de los procesados como su ropa.
(GK) Según el reporte inicial del Ejército, la causa de la muerte fue por “asfixia producida por una obstrucción de vía aérea mientras dormía”.
El 30 de junio de 2024, el Ejército ecuatoriano dijo que 18 personas de la institución fueron retenidas durante 8 horas para investigar los hechos y circunstancias que condujeron a la muerte de la subteniente. La Fiscalía dijo que comenzó diligencias y aplicará un protocolo de investigación para femicidios.
La Fiscalía pidió prisión preventiva para los cuatro sospechosos. Pero en la audiencia de formulación de cargos, la misma tarde del 30 de junio, una jueza especializada en violencia contra la mujer dictó medidas alternativas a la prisión preventiva para cuatro militares por presunta participación como autores y coautores en el delito de femicidio.
- Javier Pinargote Vásquez
- Freddy Quintanilla Ayala
- Johan Mena Mendoza
- Ángel Jiménez Orozco
En la audiencia, según una publicación de la Fiscalía, argumentaron el riesgo procesal que hay al no dictarles prisión preventiva porque los uniformados desempeñan su trabajo dentro del sitio donde presuntamente ocurrió el femicidio.
Luis Ati, padre de la subteniente asesinada, en una entrevista para TC Televisión, rechazó las explicaciones del Ejército Ecuatoriano. Según Ati, le dijeron que, supuestamente, su hija se ahogó por beber licor. Según esa versión, Aidita Ati habría muerto luego de que la dejaran dormida en su habitación tras una fiesta.
“Fue ultrajada, asesinada y presuntamente violada”, dijo con voz alterada y en medio de llanto. “¿De qué militares estamos hablando? ¿Quiénes nos están defendiendo si ellos nos están matando a nuestras hijas?, dijo Ati, pidiendo justicia.
En una entrevista para Radio Pichincha, Luis Ati contó que fue notificado de la muerte de su hija a través de una llamada de Whatsapp, el sábado 29 de junio a las 9 de la mañana. “Me dijeron que mi maravillosa muñeca había fallecido”, dijo con la mirada baja y una voz que empezó a quebrarse, y perdiendo aliento. En sus manos sostenía una hoja de papel blanca con una lazo negro en señal de luto.
Según Luis Ati, su hija fue hallada sin vida a las 6 de la mañana, y él fue notificado tres horas después.
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En esta llamada le dijeron que el viernes 28 de junio hubo una fiesta de despedida de un suboficial a la que asistió su hija. Según le informaron, la fiesta no fue autorizada por el Ejército, pese a que se hizo en el cuartel en el que vivía y trabajaba Aidita Ati, junto con los presuntos implicados en su muerte.
Según la versión que recibió su padre, Aidita Ati se habría ido de la fiesta a las cinco y media de la tarde del viernes para descansar en su dormitorio. Luego le dijeron que “se ha quedado dormida y ha amanecido fallecida”, dijo Luis Ati acelerando su relato.
Una hora después de esa llamada, Luis Ati viajó a El Coca, la ciudad amazónica donde está el cuartel en el que murió su hija. A las cuatro de la tarde de ese sábado, los padres, hermano y familiares de Aidita Ati fueron recibidos por el Coronel Milton Rodríguez, comandante de la Brigada 19 Napo, a la que pertenecía su hija.
Reunidos en una oficina, contó Luis Ati, repitieron la versión que dieron por llamada telefónica. “Que mi hija había fallecido por participar de una fiesta de despedida no autorizada, que habían ingerido alcohol, que se había ido a descansar y amanece fallecida”.
Luis Ati pidió que lo dejaran retirar las cosas de su hija de la habitación que ocupaba en el cuartel, pero le dijeron que estaba cerrada por las investigaciones. También le sugirieron que fuera a la Fiscalía de El Coca, donde firmó los documentos para retirar el cadáver de la subteniente.
Cuando el padre de Aidita Ati llegó a Lago Agrio, una ciudad aledaña al cuartel a donde llevaron cadáver de la subteniente para hacerle la autopsia, dice que no le dejaron ver el cuerpo de su hija. “Ahí fue donde cambian las circunstancias, porque me dieron otra versión de la muerte de mi hija”, dijo Luis Ati.
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“Si uno de los cuatro presuntos implicados huye, hago responsable al Ejército, en primera instancia, y en segunda instancia al comandante de la brigada 19 Napo, quien debe tener el control de su personal”.
El Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos publicó un comunicado el 30 de junio asegurando que dará seguimiento para que se cumpla el debido proceso y el hecho no quede impune. Además, convocó a una sesión del Comité de Respuesta Inmediata para coordinar acciones interinstitucionales, entre la Defensoría del Pueblo y la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased) anunciaron en la publicación.
En una rueda de prensa, la tarde del lunes 1 de julio de 2024, el Ministro de Defensa, Giancarlo Loffredo se refirió al presunto femicidio de Aidita Ati. Dijo que están comprometidos con la transparencia y que quienes sean culpables, deberán “ser castigados con todo el rigor de la ley”.
La subteniente Aidita Ati tenía 25 años. De comprobarse el femicidio, su nombre se sumaría a la lista de las alarmantes cifras en Ecuador, donde una mujer es asesinada por razones de género cada 36 horas.
Violencia de género en Las Fuerzas Armadas
En mayo de 2017, Elizabeth M. denunció ante la Fiscalía que fue violada por el mayor del ejército, Vinicio Rodríguez, en el fuerte militar Paquisha, ubicado en La Balvina, en el Valle de los Chillos, en las afueras de Quito. En ese entonces, la víctima tenía 27 años, acababa de graduarse de la universidad y trabajaba como recepcionista en el Club de Oficiales de la Policía de Quito.
Un día, Elizabeth M. fue con un amigo, el teniente Javier Ushiña, y otras personas a la brigada de aviación, en el fuerte militar Paquisha, en donde tomaron alcohol, jugaron cartas y bailaron.
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Tras algunas horas de estar bebiendo, Elizabeth pidió una habitación para descansar. Fue entonces que el capitán Vinicio Rodríguez, dice ella, la sometió a la fuerza. Dice que la golpeó en la cabeza. “Yo le pedía que no me hiciera daño pero él empezó a penetrarme por delante aunque yo le rogaba que por favor no lo hiciera. Luego, me penetró por atrás y ahí sentí el dolor más intenso de mi vida”.
Elizabeth logró escaparse y correr a pedir ayuda. Casi un mes después de la presunta violación, presentó en la Fiscalía una denuncia por violación. Más de cuatro años después no ha sido esclarecido.
No sería la primera vez de un femicidio en las fuerzas de seguridad
Un caso que movilizó a la sociedad fue el femicidio de María Belén Bernal en septiembre de 2022. El cuerpo de la abogada de 34 años fue hallado 11 días después de haber ingresado a la Escuela Superior de Policía, al norte de Quito.
En este caso, el ex teniente Germán Cáceres, su esposo, la estranguló, envolvió en una colcha y arrastró por el suelo y las escaleras. Luego, colocó su cuerpo en la cajuela del auto para finalmente arrojarlo a una quebrada.
Al final, Cáceres fue condenado a 34 años y 8 meses de prisión por el femicidio de su esposa.

Gabriela Ochoa
Periodista de GK. Graduada la PUCE. Máster en Mediación y Resolución de Conflictos (Uneatlántico) y en Dirección Estratégica (Unini Puerto Rico).