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Regional

Pastaza: prefecto visita comunidad waorani en el interior selvático por 40 años

El 18 de enero de 2020, el Ing. Jaime Guevara, Prefecto de Provinical, por invitación de sus habitantes, visitó la comunidad waorani de Toñampare de la parroquia Curaray para celebrar los 40 años de vida comunitaria. En su intervención, dentro de la sesión solemne, reiteró su compromiso de atender paulatinamente los pedidos recibidos, con miras a ir superando las necesidades de sus pobladores.

Historia

Toñampare fue la primera comunidad woarani (antes huoarani) en ser conocida en el mundo occidental a raíz de la matanza de misioneros norteamericanos en 1956 al intentar evangelizar a los primero waoranis, en este lugar surgió la mujer icono de los waos doña Dayuma (+), que fue llevada niña a los Estados Unidos donde se formo y regreso a su comunidad, siendo una joven. Es el sector más desarrollado de los waoranis con una escuela del milenio en plena selva, inaugurada en el gobierno de Correa, primer asentamiento de los antiguos aucas, llamados peyorativamente por los occidentales.

Los huaorani se subdividen en 22 comunidades, de las que 12 viven en la provincia de Pastaza, entre ellas los toñampare, quenahueno, tihueno, quihuaro, daimutaro, zapino, tigüino, wamono, shiripuno y huahano.

Otros grupos destacados son los dayuno(de Dayuma), quehueriuno, garzacocha (río Yasuní), quemperi (río Cononaco), mima (en el curso medio del río Cononaco),4​ Caruhue (río Cononaco) y Tagaeri. La población total de los huaorani o waorani es de unas 3000 personas según la UDAPT.5​ La mayor parte de ellos habla Huao terero que se considera una lengua aislada.

Hasta la década de 1950, cuando fueron contactados por misioneros evangélicos norteamericanos, poco se sabía de los huaorani que vivían aislados en la selva tropical ecuatoriana. Desde entonces la cultura huaorani ha experimentado un proceso de aculturación con cambios drásticos debido a la acción conjugada de las misiones evangelizadoras del Instituto Lingüístico de Verano (ILV) y la explotación petrolera. Fueron en parte reubicados en poblados sedentarios y pasaron de ser bandas de cazadores recolectores semi-nómadas que se autoabastecían a ser comunidades altamente dependientes del exterior para bienes y servicios.3

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