LATACUNGA RURAL (I) | El olor aún era fuerte casi cuatro horas después de la explosión. Se lo percibía desde los sembríos de maíz que rodeaban a la casa de dos pisos en la que vivían los ocho miembros de la familia Toapanta Gualpa. Pasadas las 09:00 de este lunes, los bomberos encontraron el cilindro -que había sido comprado apenas el domingo- y extrajeron técnicamente lo que quedaba de gas. Al parecer la regulación estaba mal conectada y ocasionó una fuga durante la noche, según informó Ángel Baño, jefe de Bomberos de Latacunga. El combustible se acumuló al interior y explotó con una chispa a eso de las 05:30 cuando la madre del hogar se levantó a preparar el desayuno. La vivienda de bloque y lozas se derrumbó por completo. Dos personas fallecieron, tres quedaron heridas y tres lograron salir. El estruendo se escuchó en los alrededores y algunos vecinos pensaban que erupcionaba el volcán Cotopaxi. Sucedió este 5 de febrero de 2018 en el barrio La Libertad, de Guaytacama, parroquia rural del norte latacungueño.

Guaytacama – Latacunga (Cotopaxi). Hace cuatro años que en Latacunga no había ocurrido una explosión por fuga de gas; la última fue en el barrio urbano La Estación, donde solo hubo heridos, según recordó Baño.

Los padres de familia, Reynaldo Toapanta y Rosa Gualpa, quedaron entre los escombros en el primer piso y fueron trasladados al Hospital General de Latacunga en ambulancias del Ministerio de Salud Pública (MSP). La madre estaba delicada, según informó la teniente política de la parroquia, Grace Cobo.

Tres niños y jóvenes, que ya se habían levantado para estudiar, lograron salir de la casa, ilesos.

Una joven de 22 años y un joven de 24 fallecieron aplastados por los escombros. Un adolescente de 15 años quedó atrapado en un pequeño espacio que se aisló gracias a que una pared sostuvo a la loza; los bomberos lograron rescatarlo, herido, luego de 38 minutos. También fue internado.

 

 

Dieciséis bomberos de Latacunga y Saquisilí tuvieron que romper las paredes, las columnas (de hormigón y varilla) y el techo de concreto para rescatar los cuerpos sin vida.

La tarea fue ardua pese a que los socorristas de los dos cantones cuentan con los equipos necesarios, de acuerdo a lo afirmado por el bombero latacungueño Javier Salazar.

Se utilizó maquinaria pesada para remover los pesados trozos de concreto