Alberto Fernández inicia su difícil Gobierno
AFP
Con el apremio de renegociar la deuda e iGpulsar el crecimiento económico Argentina, Alberto Fernández comienza un difícil periodo de Gobierno, en el cual ha prometido atender a los más vulnerables y reducir la pobreza de este país en plena crisis económica.
Tras el baño de multitudes que fue el martes su toma de mando, junto a la exmandataria Cristina Kirchner como vicepresidenta, Fernández da las últimas puntadas de lo que será su equipo económico que encabeza Martín Guzmán, un académico de 37 años colaborador del premio Nobel Joseph Stiglitz, conocido por su posición antiglobalización.
Argentina tiene desde 2018 un acuerdo de
ajuste fiscal con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que otorgó un
crédito por 57.000 millones de dólares, de los cuales ha desembolsado
ya unos 44.000 millones.
Pero Fernández ya dijo que no solicitará el último tramo de ese préstamo
y aunque afirmó que está comprometido a pagar la deuda, advirtió que
“primero el país debe crecer”.
En lo inmediato, Kristalina Georgieva, titular del FMI, saludó la
asunción de Fernández y sostuvo que comparte “plenamente su objetivo de
adoptar políticas que reduzcan la pobreza y fomenten el crecimiento
sostenible”.
“Todo por Buenos Aires”
En la mañana Axel Kicillof asumió como gobernador de la provincia de
Buenos Aires, la de mayor población en el país, ante la presencia del
flamante presidente y de la vicepresidenta Cristina Kirchner, en la
Asamblea Legislativa, donde se entonó la marcha peronista.
“Vamos a reconstruir la provincia de Buenos Aires”, dijo Kicillof, sin escatimar en críticas hacia la administración anterior.
Encabezada por Mauricio Macri a nivel nacional, y por la gobernadora saliente, María Eugenia Vidal, en la provincia.
El gobernador describió como “durísima” la situación económica en el
territorio bonaerense. “Esta provincia ni recauda ni produce”, agregó el
gobernador, al hacer su diagnóstico crítico.
‘Años de frustración’
° La proyección del FMI para la economía argentina este año prevé una
caída del 3,1% y una inflación superior al 50%, mientras que el índice
de pobreza se acerca a 40%, según otras estimaciones.
“Tenemos que decirlo con todas las letras: la economía y el tejido
social están en estado de extrema fragilidad, como producto de esta
aventura que propició la fuga de capitales, destruyó la industria y
abrumó a las familias. En lugar de generar dinamismo, hemos pasado del
estancamiento a una caída libre”, dijo Fernández el martes, en su
discurso de investidura.
Para el analista político Rosendo Fraga, “el primer problema que
enfrenta Alberto Fernández es que la sociedad acumula ocho años de
frustración”.