Pastaza: Investigan obra de planta de agua Río Blanco
La planta de tratamiento de agua potable de río Blanco podría ser otro elefante blanco herencia de la administración anterior del Municipio del cantón Pastaza?… Es una interrogante que está bajo la lupa y que se espera tenga una respuesta luego del proceso de valoración técnica iniciada este viernes 31 de mayo.

La responsabilidad la tienen técnicos de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado Emapast EP que deberán emitir un informe antes del nueve de junio, fecha en la que se cumplen los seis meses que corren para la recepción definitiva.
Está obra fue recibida provisionalmente el 11 de diciembre, sin embargo inexplicablemente desde ese día nunca se la puso en operación.
Esto a pesar que varios sectores de Puyo deben afrontar de manera continua, cada vez que llueve y crece el río Blanco, la falta del servicio. Los afectados se preguntan el por qué deben soportar esos recurrentes racionamientos a pesar que se construyó esa planta, que cuesta más de un millón de dólares, para tratar el agua turbia producto de las crecientes del afluente. En la anterior administración del Municipio, que contrató la obra, ni desde Emapast, responsable de este servicio básico en el cantón Pastaza, se dió una respuesta al respecto. Siempre se actuó con evasivas y tratando de desviar la atención de los medios de comunicación y de la ciudadanía a otros temas y que este proyecto sea invisibilizado.
El viernes, el titular de la constructora, al recibir al alcalde Oswaldo Zúñiga, funcionarios municipales y representantes de medios de comunicación, dijo que ya se entregó la planta y que de «manera inexplicable Emapast no la hizo funcionar». Esa, su verdad, dejaba latente serías dudas sobre su realidad, por lo que era menester contrastarla con técnicos que conocen temas de fondo referentes a esta obra.
Así comenzaron a salir a flote varias informaciones técnicas que se mantuvieron en el anonimato y se inició con la fiabilidad de los estudios. El lugar donde está implantada no es el adecuado, denotando un aparente error en los estudios cuando al hacerse la perforación del suelo se encontraron con roca que impidió excavaciones hasta encontrar el nivel esperado. Por ello, la planta está a una altura mucho más allá de la prevista, dejando áreas como los cuartos de cloración y otras muy por debajo de la infraestructura, por lo que para inyectar ciertos insumos indispensables para tratar el agua se deberán usar bombas.
La captación también quedó en un nivel inferior por lo que para que el agua pueda ingresar a la planta se debería bombear, por ello y frente a este panorama, se optó por una alternativa salomónica, construir una nueva captación a unos 260 metros aguas arriba, con una inversión adicional original de 500 mil dólares, que a la hora de su liquidación podría subir un par de centenas de miles de dólares más y que, igual que la planta, son vía crédito del Banco de Desarrollo. Pero ahí en la captación también habría un grave problema producto de un presunto error en su diseño, que por sus características, las aguas del río Blanco acarrean gran cantidad de sedimentos (arena),pero no se contempló la construcción de un desarenador. Por esta razón, la acumulación de arena obligará a limpiezas permanentes, que deberán hacerse con el uso de máquinas pesadas que podrían provocar daños estructurales en la infraestructura de la captación como habría sucedido en la de Pindo Mirador, que colapsó con una crecentada del río.
Trascendió que la planta se recibió provisionalmente a pesar que no estaba terminada. Por ejemplo, en el área de dosificación recién a mediados de mayo, extrañamente cuando se daba la transición de autoridades en el Municipio, se instalaron los equipos. Ello podría ser una respuesta al por qué no se trataba la turbiedad del agua del río cuando crecía, y se suspendía el servicio. Se explicó que la falta de esa unidad obligaba a que el agua vaya por la antigua captación directo a la tubería que la conducía a la planta de El Rosal, porque de ingresarla a la nueva planta afectaría a sus filtros porque no podía ser tratada.
Pero eso no es todo, los técnicos señalaron que de las seis unidades que tiene la planta modular solo funcionan cuatro y no hay respuestas desde los contratistas a pesar de que está observación se planteó oficialmente desde Emapast en marzo. Otra interrogante es la que se refiere al por qué solo se ingresa el 45 y hasta el 50% del caudal que debería tratar la planta que es de 160 litros por segundo. Según los técnicos, si se daría el ingreso del total de los 160 litros por segundo el agua se desborda e inunda la planta.
Son algunas de las interrogantes que tendrán que despejarse durante la auditoría técnica, que de manera minuciosa se hará en los próximos días.
El informe que arroje esa investigación será determinante para adoptar las decisiones que tengan que tomarse, siempre precautelando los intereses institucionales del Municipio y de la ciudadanía. (Texto GADM P)